Hace ya unos cuantos años que estuve en el Zoo de Madrid. En mi viaje visité mucho de los parques de la ciudad, entre los que se encontraban Faunia y el Zoo, dos parques totalmente diferentes aunque con una idea en común: Enseñarnos animalitos. La pena es que en el Zoo de Madrid los animales no parecen tener el suficiente espacio como para darles un hábitat adecuado, al menos los grandes mamíferos. Se ve demasiado asfalto y poca naturaleza, con lo que alguno de los animales dan un poquito de pena, aunque hay que pensar que en libertad la vida de esos animales tampoco iba a ser un camino de rosas. Tendrían que buscarse la vida para comer, dormir y evitar que los matara algún depredador o alguna enfermedad, por lo que los zoos tampoco son tan mala opción.
El Zoo de Madrid es un parque amplio, con gran cantidad de especies de animales, muchos de los cuales se han adaptado perfectamente a su nuevo hábitat. Por ejemplo, los osos hacen monerías para conseguir que los visitantes les tiremos comida, cosa que seguramente está prohibido (no lo recuerdo) pero que se hace. No hay más que ver al oso sentarse en los cuartos traseros mirando al público, o levantarse sobre dos patas para conseguir una chuchería.
El zoo de Madrid tiene ciertas particularidades que lo hacen diferente a otros. Aparte de su tamaño y cantidad de especies que alberga, muchos de los animales están sueltos. No es extraño encontrarte con pájaros o monos en mitad del parque, aunque la gran mayoría si que están encerrados, pero no con los típicos barrotes, sino con barreras naturales como zanjas o cristaleras, que dan la sensación de que están en libertad, aunque realmente no sea así.
Aparte de las jaulas con los animales, hay espectáculos para que la visita al zoo se haga más amena. Está el show de las focas y otros animales marinos como delfines, además del de las aves rapaces, ambos totalmente imprescindibles. Aparte de la diversión, también te sirve para descansar porque lo ves sentado y el zoo es grande, aparte de que si lo visitas en verano, como hice yo, el calor hace que te canses el doble.
Existe la posibilidad de alquilar cochecitos de esos que se usan en los campos de golf, pero, aunque no recuerdo lo que cobran, me pareció tremendamente caro. Si a eso le sumamos el precio de las entradas, que estaba por los 20 euros, la visita te sale por un pico. Además, nosotros visitamos todo el zoo, vimos todos los espectáculos y no nos dejamos ningún animalito y todo eso a pie. A menos que vayáis con niños o con personas de movilidad reducida, no os recomiendo el uso del “carrito de golf” por una simple razón de ahorro.
Otro modo de sacarte el dinero es que hay un fotógrafo profesional haciendo fotos a los visitantes y, una hora antes del cierre o algo así, las fotos se exponen en la entrada. Puedes entretenerte un rato intentando encontrarte y si lo haces y quieres, comprar esa foto. Es algo a lo que no le veo mucha utilidad hoy en día, que todo el mundo tiene cámara digital y se hace las fotos que le da la gana. Yo no se si lo seguirán haciendo, ya os he dicho que fui hace varios años.
En definitiva, creo que es un lugar perfecto para pasar un día completito en contacto con toda clase de animalitos. A los niños les encantará y no sólo a ellos, que nosotros somos bien mayorcitos y nos gustó mucho. Es totalmente recomendable, aunque un poco caro, sobre todo si no llevas comida y es que lo que puedes comprar en el interior es caro y malo. Mejor comer algo fuera y después volver a entrar.