La Ciudad Vieja de La Coruña es cada día menos ciudad vieja por lo mucho que la están remodelando. El Ayuntamiento ha hecho un buen trabajo dando ayudas para reformar casas que se caían de viejas. Lo malo es que muchos propietarios aprovecharon para tirar con las casas viejas y haciéndolas completamente nuevas respetando más o menos la arquitectura antigua.
Me gustan sus calles empedradas, andar con taconazos y escuchar el estruendo que dejo al ir caminando.
Lo que no me gusta es que no encuentres tiendas en estas callecitas llenas de historia que suben desde la plaza de María Pita hasta tocar el mar en la parte trasera de la ciudad.
Hay algún local de hostelería interesante para tomar suculentas tapas, alguna terraza acogedora y mucha iglesia antigua, que a mí me interesa menos.
Me quedo con la plaza de Azcarrága, recientemente recuperada del botellón. Era una pena verla por la mañana los domingos y lunes con restos del botellón de la noche anterior. Al final, consiguieron prohibirlo en esta zona histórica de la ciudad. La plaza de Azcárraga está llena de personalidad. Es como si notaras el paso del tiempo cuando entras en ella, el contraste con zonas mucho más modernas en arquitectura.
Me gustan las casas antiguas con sus galerías pintadas de blanco, la piedra de granito de las paredes, la tranquilidad del barrio en general.
Os recomiendo esta zona de La Coruña. Todavía conserva rincones que merecen la pena para los turistas.