El Hotel Emperatriz es un hotel acogedor que está en Salamanca. Es un hotel de sólo dos estrellas, situado en antiguo que necesita una reforma.
La ventaja de que se mantenga como hace muchos años es el encanto que tiene. Te sientes como si estuvieras viviendo en un pequeño palacio de un marqués. Todo es antiguo, pero bien cuidado y bien limpio.
Esta sensanción te la proporcionan las espaciosas habitaciones. La limpieza de los cuartos la hacen a fondo. Todos los días cambian toallas y sábanas. Los suelos están como patenas. El cuarto de baño huele a limpio.
El hotel tiene parking. No es gran cosa, pero menos es nada. Lo malo es que te cobran un extra por aparcar allí tu coche. Se entiende que lo cobren porque es un parking bastante pequeño que da para lo que da.
Lo mejor del hotel es su personal. Amable, eficiente, te informan con todo detalle de los sitios que debes visitar en Salamanca y ahsta te aconsejan algún restaurante que vale la pena para una buena cena.
También destacaría su ubicación. Está casi al lado de la Casa de Las Conchas y a pocos metros tenemos el precioso Palacio de Monterrey. Puedes prescindir del coche para visitar los sitios más turísticos de Salamanca.
En cuanto a desayunos no puedo comentar nada. Nosotros desayunamos, comimos y cenamos en el bar de unos amigos nuestros.