El hotel Port Eugeni está en Cambrils, una localidad muy turística de la Costa Dorada. Nosotros lo elegimos por su ubicación céntrica. En Cambrils había hoteles mejores, pero no gozaban de una ubicación tan urbana. La desventaja es que no estás en primera línea de playa.
Otra desventaja son los problemas que tienes para encontrar sitio para dejar el coche por los alrededores del hotel. Tuvimos que rascarnos el bolsillo y pagar parking.
¿Nos valió la pena? Por supuesto. El personal del hotel es amable y eficiente. Siempre estaban atentos a las mínimas necesidades de la clientela. Me llamó la atención su amplio conocimiento de idiomas. Los había que hasta hablaban alemán con soltura.
Nuestra habitación estaba equipada con todas las comodidades que necesitábamos: aire acondicionado, televisor de plasma con muchos canales internacionales, caja fuerte por la que te cobraban un extra, teléfono. Hasta tenía una terracita muy mona.
El cuarto de baño era igual de completo.
Lo que aprecié mucho fue la existencia de una piscina sólo para niños. No me gusta nada que Patricia se me vaya para la piscina de mayores. Los niños con los niños, que diría mi madre. También disfrutamos del solarium y pasamos algunas horas en la sala de juegos, donde había un televisor y una especie de biblioteca.
Me gustó que no dejaran fumar en las zonas comunes. Permitían fumar en una terraza próxima a la cafetería.
El desayuno era un buffet variado y abundante. Mi marido no quedó muy contento con el bacón y los huevos revueltos. Yo quedé bastante satisfecha con los zumos recién exprimidos. Es una delicia poder saborear a primera hora una zumo de naranja de verdad y acompañarlo con una bollería artesana.