No creo que regrese al Royal Son Bou de Menorca. Pasé un fin de semana de locos, rodeada de niños y de ruidos. Ni siquiera de noche pude dormir tranquilamente. Las paredes de mi habitación parecían de papel y lo mismo puedo decir de los tabiques exteriores. Todo era ruido. Todo era caos.
Quien quedó encantada fue mi hija Patricia. Los animadores del hotel se la metieron literalmente en el bolsillo con los juegos que hacían para los críos. Se veía que les gustaba su trabajo. A los animadores un diez.
Menos puntuación le doy a otros servicios del hotel. Por ejemplo, no te daban ni una triste toalla para ir a la playa. Tenías que agenciártelas como podías. Unos cutres.
A la playa puedes acceder directamente desde el hotel. Es una playa muy limpia, con la arena muy suave y limpia. Me encantó.
De la comida destacaría las pizzas. Muy variadas, muy frescas y muy sabrosas. En todo caso, no pasamos hambre. El buffet de desayuno era muy variado.
En resumen, se trata de un hotel perfecto para ir con niños. Está centrado en ellos. Lo malo es que las madres muchas veces queremos descansar y en este hotel es imposible con tanto ruido.
El hotel está en Playa Son Bou. Es fácil enconrarlo.
De mi habitación no tengo queja, quitando los ruidos. Era espaciosa y estaba muy limpia. Lo mismo puedo decir del cuarto de baño.
Ojo con los horarios de desayunos y comidas. Son para extranjeros. ¿Quién piensa cenar a las siete de la tarde?