En las proximidades del famosos acueducto de Segovia encontramos el restaurante Duque, un local donde encontrar mesa libre es tener suerte por lo demandado que está. Siempre que fuimos estaba hasta los topes en todas las plantas.
Su decoración es bastante llamativa, con mucha madera, un aire antiguo y un escaparate donde exponen sus productos más señeros.
Nada más entrar, te sorprenden regalándote una pequeña jarrita. A mí no me gusta demasiado que me regalen nada porque esos regalos te los acaban cobrando. El Duque, en todo caso, no es un restaurante excesivamente caros. Por cuarenta euros puedes comer como una reina. Cochinillo, morcilla, salchichas aderezadas con vino, sopa,... Las salchichas me encantaron y mira que a mí no me gustan nada las salchichas.
Es un restaurante que os recomiendo. Se come bien, hay ambientillo y el personal es muy amable y atento.
La única desventaja que le encuentro es lo difícil que resulta conseguir una reserva. Dicen que si vas en persona y pides tu reserva en el mostrador donde te reciben, tienes más suerte. Yo siempre he hecho la reserva por teléfono y no siempre la he conseguido.
En el Duque he comido uno de los mejores cochinillos que me han servido jamás. El cordero también está a la altura de los mejores restaurantes.