La Catedral de Notre dame en Paris es una construcción increíble. Se empezó a construir en 1163 y no fue hasta 200 años después cuando se terminó la obra del magnifíco edificio.
La fachada de la Catedral sorprende a primera vista por sus dos gigantescas torres, las dos de 69 metros de altura, siendo así una de las catedrales más altas de todo Francia.
Una vez que te aproximas, y ya te fijas en los detalles todavía sorprende más. La ornamentación de esta construcción gótico es impresionante, llena de estatuas, todas diferentes, y sus gárgolas, que te dejan sin habla cuando la observan detenidamente.
Es muy recomendable rodearla, ya que la parte trasera de la Catedral también es preciosa, y quizá menos vista, ya que lo que más llama la atención es la parte principal.
Es una auténtica maravilla, y es normal que forme parte del Patrimnonio Mundial de la Unesco.
Se puede visitar el interior de la Catedral, es totalmente gratuito, y se puede observar su inmensidad. Está todo lleno de arcos, y vitrales con motivos florales...
se puede realizar una visita a la parte superior de la Catedral por un precio de 8 euros, y subiendo muchas muchas escaleras de caracol algo estrechas, unas 400 escaleras aproximadamente. La visita dura unos 50 minutos y la subida se realiza cada 10 minutos en grupos de 20 personas.
En la visita se tiene la oportunidad de subir hasta las campanas, donde se encuentra la campana mayor llamada Emmanuel, que es del siglo XVII, y su peso es de 13 toneladas. Esta campana solo suena en las ocasiones especiales.
También se visita una estrecha galería que esta a 46 metros de altura, donde se puede admirar las gárgolas que la adornan. Algunas de ellas son realmente impresionantes.
Se puede subir en esta misma visita a la torre sur desde donde se divisa toda la ciudad, ya que Paris es una cuidad muy plana, y no tiene grandes edicifios en el centro que imposibiliten su vista.
Es una Catedral impresionante, a mí personalmente, me encantó y recomiendo su visita totalmente.