Hace unos 10 años estuve en Paris. Principalmente iba por conocer Eurodisney, pero aprovechamos y pasamos 3 días en Paris. Por desgracia nuestra visita coincidió con una ola de calor que mató a un montón de gente en Europa y Paris no se libró de las altas temperaturas. Acababas reventado de hacer turismo, el metro olía mal, el Sena apestaba a cloaca… fue una visita un poco decepcionante pero entonces decidimos visitar La Defénse, que, aunque no sabíamos lo que era, venía muy grande en el plano y hartos de tanto monumento clásico, queríamos explorar.
La Defénse está situado lejos del centro y de los monumentos emblemáticos de Paris como la torre Eiffel y el Arco del Triunfo, aunque es muy accesible gracias al servicio de transporte público. Nosotros llegamos en autobús, pero supongo que también se pueda acceder en metro.
Es una zona totalmente sorprendente si la comparamos con el resto de la ciudad, mucho más clásica y llena de monumentos y museos. No tiene nada que ver y precisamente por eso me gustó tanto. Parece que cambias de ciudad y es que en La Defénse todos los edificios son modernos, todos con enormes cristaleras y hay varios rascacielos. De hecho, es la zona nueva, donde se encuentran la mayoría de las oficinas y donde trabaja gran parte de la población parisina.
En La Defénse hay que destacar el Arco de la Defénse, una enorme edificación con forma de arco cuadrado que supongo que se haya construido en imitación al Arco del Triunfo, ya que están enfrente el uno del otro, siguiendo una de las arterias principales de la ciudad, aunque a bastante distancia. Además, el arco de la Defénse está en un alto, lo cual nos permite disfrutar de unas fantásticas vistas de la ciudad. Creo que se puede subir en el ascensor panorámico que hay en la parte interior del arco, pero nosotros no lo hicimos, seguro que porque no era gratuito. Al fin y al cabo ya se veía muy bien la ciudad y lo habíamos visto mejor desde el tercer piso de la torre Eiffel.
Nosotros estuvimos a media tarde y creo que era sábado, por lo que es normal que no hubiera casi gente. Prácticamente estábamos solos en la explanada del arco, lo cual nos encantó después de todo el bullicio y aglomeración que habíamos sufrido en los monumentos de la ciudad.
Supongo que para alguien que viva en una gran ciudad y esté acostumbrado a los rascacielos y los edificios acristalados no resulte tan fascinante, pero a mi me encantó y creo que es una zona a visitar altamente recomendable, aunque no subáis en el ascensor y os limitéis a tomar un helado, como hicimos nosotros.