Durante mi estancia en Roma elegí el hotel Borromeo, principalmente debido a una oferta en internet, además de que en las fotos tenía buena pinta y que estaba situado muy bien respecto a la ciudad.
Un punto muy a favor del hotel es precisamente eso, su situación, se encuentra muy centra de los principales atractivos turísticos de la ciudad, estando cerca de la Basilica di S.Maria Maggiore, el Coliseo y el Foro Romano.
Además desplazarte al resto de puntos de interés cultural será fácil, tanto a través de la línea de metro como la de transporte urbano en autobús.
Por fuera el hotel no parece gran cosa, tiene una arquitectura no demasiado llamativa, pero una vez dentro encuentras una decoración bastante agradable a la vista, con unas zonas comunes tranquilas.
En la recepción el personal habla varios idiomas, y pudimos encontrar a un recepcionista que hablaba español, así que no tuvimos problemas de comunicación.
En recepción en todo momento fueron muy amables con nosotros, siempre con una sonrisa.
Respecto a la habitación, buena la limpieza, el estado del mobiliario estaba bien, no eran muebles excesivamente nuevos, pero estaban bien conservados.
En el restaurante los desayunos con gran variedad, también a la hora de la comida había mucho donde elegir.
La única pega es que hospedarse en este hotel resulta un poco caro, pero merece la pena.