El The Kimberly Hotel es un hotel muy recomendable de Nueva York, aunque sólo sea por la preciosa terraza acristalada que tiene en su última planta. Allí te sirven el desayuno. Es un auténtico placer desayunar disfrutando de an impresionantes de la Gran Manzana.
Yo me alojé con mi marido. Iba con algunas reservas porque no siempre está muy acertado a la hora de elegir hotel. Por una vez acertó. El hotel está muy limpio y sus empeleados son amables y eficaces.
Nuestra habitación era amplia. Las camas, dos individuales, eran cómodas. Se notaba que la habitación había sido remodelada hacía poco tiempo. Estaba tan cuidada como el resto del hotel.
No tienes ningún problema a la hora de comer. En el restaurante tienen menús especiales para celíacos, cosa que me llamó la atención. El desayuno era de calidad, tipo buffet y se servía, como ya dije, en la preciosa terraza acristalada de la última planta.
En este hotel tienen muchos detalles con los clientes. Por ejemplo, en la habitación teníamos hasta una pequeña cocina para preparar el café, una cafetera, una heladera, menaje de cocina,...
Otro punto a su favor es su excelente ubicación. En unos diez minutos de caminata sobre tacones llegas al Rockefeller Center.
Algunas desventajas sí le encontré. Por ejemplo, la ducha tenía un cabezal fijo. Yo estoy acostumbrada a las duchas que puedes mover a tu gusto la alcachofa. De noche el radiador hacía un ruido que me ponía de los nervios. Menos mal que nos lo arreglaron.
Con todo os recomiendo este cuatro estrellas. Merece la pena, aunque sólo sea porque sale más barato que otros hoteles similares.