El Peñón de Ifach en Calpe (Alicante), es una roca calcárea gigantesca, de más de 300 m de altura, que constituye el parque natural más pequeño del Mediterráneo y también el más visitado.
Además de su imponente altura y su "espinazo" que se mete en el mar más de un kilómetro, sorprende descubrir las maravillas que esconde el Peñón: cuevas, agujeros y esculturas naturales...
El Peñón fue declarado Parque Natural por la Generalitat Valenciana en 1987.
ITINERARIO POR EL PEÑÓN.
Personalmente, he tenido oportunidad de subir en varias ocasiones al Peñón.
La subida, en la que se tarda unas dos horas si se hace tranquilamente, comienza en el Aula de la Naturaleza, donde se ubica una Sala de Exposiciones con los espacios naturales protegidos de la Comunidad Valenciana y muestras de la flora y fauna del Peñón.
La subida tiene una dificultad media-baja. Eso sí, es importante llevar calzado adecuado, preferiblemente de trekking.
Para los amantes de las plantas, a lo largo de la subida pueden contemplarse pinos, lavanda, palmitos, sabinas, helechos...
La ruta pasa junto a los restos de una antigua muralla y lleva hasta un túnel, construido, según se indica en una placa, en 1919. Dicho túnel atraviesa la roca (dentro no se ve nada, os recomiendo llevar una linterna o algún tipo de iluminación), y nos lleva a la cara noroeste de la roca. Hasta aquí sube mucha gente que ya no continúa porque a partir del túnel, el itinerario se complica y se bifurca, por un lado lleva hasta el Mirador de los Carabineros y por el otro hasta la cima.
El final del camino se pone especialmente difícil por el relieve y la pendiente, pero como ya he dicho si os gusta la montaña éste es vuestro destino perfecto.
En definitiva, lo más curioso del Peñón es la combinación del paisaje de montaña con el paisaje litoral y en varios puntos del camino os recomiendo hacer una paradita y gozar de la panorámica que va desde Altea al cabo de Santa Pola por el sur, el Montgó por el norte, y hasta Ibiza por el este si el día es claro.
Sólo encuentro un inconveniente al Peñón: los días de verano o estos pasados días de Semana Santa se parece al metro en hora punta: hay cientos de personas, por lo que, ciertos días críticos, personal del Parque debe limitar el "aforo", permitiendo la subida sólo a un número limitado de personas. Así que, si queréis subir y especialmente en verano, es recomendable madrugar por dos razones: evitar el calor y el mogollón.