Este after shave está destinado a los seguidores de esta fragancia de Paco Rabanne, que podemos decir que se ha convertido en todo un clásico de la perfumería masculina.
El diseño del frasco no difiere prácticamente nada del envase de la fragancia, con lo cual, si conviven en nuestro cuarto de baño, lo que por otra parte es normal, nos obligará a tener cuidado y leer, convirtiendo a las prisas en malas consejeras.
Su aroma también guarda, como es evidente, bastante similitud con la fragancia, aunque algo más atenuado, mientras que el contacto con nuestra cara se torna bastante refrescante, aunque careciendo de los efectos reparadores de mis preferidos bálsamos.
Otro inconveniente que nos presenta es su elevado precio, que en la presentación de la que hablamos incluso llega a superar los quince euros, lo que me parece excesivo, y nos hace alejarnos de él, pues lo recibí como regalo en un estuche conjunto con la colonia y cuando se me acabó se me quitaron las ganas de comprarlo al ver su precio.
Además, en el mercado existe una gran variedad de after shave que se muestran de una forma neutra con nuestra colonia, a saber, una buena legión de bálsamos muchísimo más económicos e incluso mejores para nuestro rostro.