Cada vez nos hacemos más vagos y eso nos lleva a que ya no queremos ni molestarnos en quitar la corteza al pan de molde, así que multitud de marcas han decidido aprovechar ese vacío en el mercado y una de ellas ha sido Eroski, una marca blanca que está entre mis favoritas.
El pan de molde sin corteza de marca Eroski es un producto mas que aceptable y es que tiene una excelente relación calidad precio. Su sabor está muy conseguido, casi al mismo nivel que las primeras marcas, con la ventaja de que cuesta muchísimo menos. Sabe verdaderamente a pan blanco.
Quizá lo peor y lo que más lo diferencia de otras marcas mucho más caras, es su cohesión, es decir, marcas como bimbo aguantan mejor sin romperse. Sin embargo, el pan de molde de Eroski es muy frágil, sobre todo si te quieres hacer un sándwich caliente. Se desmiga entero y no resulta nada cómodo comerlo.
Por eso es un producto que sólo recomiendo para consumir en frío, sin cocinar y sin nada cocinado en su interior. Es perfecto para canapés, bocadillos o pinchos fríos. Tendrá prácticamente el mismo sabor a un precio inmejorable.
Otra de las asignaturas pendientes de este pan de molde es su conservación. Se conserva mal pues viene con la brida metálica que no cierra herméticamente el plástico, con lo que el aire contamina el interior de la bolsa y hace que las rebanadas vayan perdiendo frescura y sabor. Sin embargo, es algo común a la gran mayoría de los panes de molde, así que eso no es un desventaja a la hora de comprarlo.