La mantequilla ligera de la Central Asturiana tiene una textura más fina que la de las mantequillas normales. Me gusta más porque es mucho menos pesada para mi estómago, sobre todo ahora que estoy embarazada.
También la noto con menos grasa, más suave y por seguir enumerando ventajas diría también que se unta mejor en el pan.
Cada 100 gramos de mantequilla aporta 380 calorías. Son bastantes, pero porque te pongas un poquito de mantequilla en un pan tampoco vas engordar una barbaridad.
Se comercializa en las típicas tarrinas de mantequilla y margarina. Son envases resistentes, que conservan bien el producto si tomas la precaución de cerrar la tarrina y guardarla en la nevera.
También la venden en envase parecido al del ketchup. Yo prefiero el de tarrina. Eso de estar apretando la botella para sacar mantequilla no va conmigo.
Es una buena mantequilla para untar pan y tostadas, también para hacer postres porque su sabor es muy rico y no tiene tantas calorías como la mantequilla normal. Hasta le da un sabor distinto a las galletas duras de Fontaneda.
La tarrina que suelo comprar es la de 250 gramos. Su precio es de 1,65 euros. Está a un precio razonable, sobre todo si tienes en cuenta el renombre de la marca Central Lechera Asturiana. Es más barata en este formato que en bote con dosificador. El bote sólo trae 200 gramos y te cobran por él 1,95 euros.