Gracias nuevamente a la oportunidad que me ofrece Xakia.com, voy a daros mi opinión sobre un disco que seguramente poca gente conoce, pero que se trata de todo un clásico para muchos seguidores del Joaquín Sabina. Pues en él, participan de forma directa tres cantautores muy conocidos de este país, dos de ellos y sobre todo uno muy popular en la historia de la música española.
Me estoy refiriendo al disco de la mandrágora, un disco que salió a la calle en el año de 1981. El disco está compuesto por un total de 13 canciones. Hay que decir cuando hablaba de los tres cantautores que estos son ni más ni menos que: Joaquín Sabina, Javier Krahe y Alberto Pérez.
Un desconocido Joaquín Sabina ya nos interpretaba la que tiempo después sería una de sus canciones más exitosas o por lo más populares, me refiero a Pongamos que hablo de Madrid. En cuanto a Javier Krahe nos canta canciones del cantautor Francés Georges Brassens, eso sí hace de esas cancines versiones muy suyas, muy diferentes a las versiones originales que todos conocemos de alguna manera. Alberto Pérez, quizá el menos conocido actualmente, interpretaba canciones llenas de sentido del humor, quizá temas menos serios.
Como instrumentación en el disco hay que decir que carece de dicha instrumentalización, solamente cuenta con la colaboración del guitarrista Antonio Sánchez. Resaltar la portada del disco, donde nos encontramos a tres jovencísimos muchachos que nos hacen volver la vista atrás en el tiempo.
Canciones que contiene el disco:
1. Marieta
2. Un burdo rumor
3. Pongamos que hablo de Madrid
4 Pasándolo bien
5. El cromosoma
6 Un santo varón
7. Mi ovejita Lucera
8. Villatripas
9. La tormenta
10. Adivina, adivinanza
11. Nos ocupamos del mar
12. La hoguera
13. Círculos viciosos
El disco no es para nada una obra maestra, lo único destacable que contiene es la ilusión que aportan estos tres cantautores. La calidad de la grabación es ínfima, y hay ocasiones que de canción a canción hay un espacio incluso de varios minutos. Es un disco en directo, en un lugar cerrado (un bar) lo que hace que el sonido resulte diferente. La grabación es como una especie de concierto y hace que se escuchen murmullos de este público e incluso la rotura de vasos.
Como digo, La Mandrágora no aporta demasiadas cosas para el mundo de la música, si bien, si que resulta un disco simpático donde el comienzo de tres músicos transmite el buen rollo entre ellos, el divertimento a la hora de crear música y poca cosa más. Un disco que simplemente es curioso y simpático donde ya se hacían destacar entre otras cosas las letras de Joaquín Sabina.
Gracias por vuestras lectura., Un saludo a todos, Posddata