La lámpara Spöka es una lámpara cara que vale la pena comprar porque es muy segura. Se trata de una lámpara de mesilla pensada para cuartos infantiles. Tiene diseño de cabeza de fantasma.
Estas lámparas que comercializa Ikea tienen tres modelos:
-lámpara roja
-lámpara verde
-lámpara azul
Yo a Patricia le compré la azul. Es la de tamaño mediano. La roja me pareció muy pequeña y la verde demasiado grande para su mesilla de noche.
Los tres modelos se encienden y apagan presionando la cabeza del fantasma. Patricia enseguida aprendió a apagarla y a encenderla.
No es una lámpara que dé mucha luminosidad, pero sí la suficiente para que la niña se levante de noche y no tropiece en los muebles.
Funciona esta lámpara con una batería recargable. La batería dura unas cinco horas. Yo hay semanas que sólo tengo que recargarsela una vez. Más veces tenía que recargarla cuando se la compré. Patricia se divertía encendiendo y apagando la lámpara.
Esta lámpara no rompe aunque caiga en el suelo. Lo digo por propia experiencia. Patricia la tiró varias veces al suelo y está como el primer día, funciona igual de bien.
Es tan segura que hasta trae la parte donde la enchufas para recargarla bien cubierta para que los niños no metan los dedos donde no corresponde. La tocas y la notas fina al tacto, muy suave, sin salientes. Está fabricada en silicona.
La única desventaja es el precio. Pagar por una lámpara infantil 12,95 euros me parece mucho pagar. Pero vale la pena. La seguridad y un diseño original justifican el elevado precio.