Un hotel que merece la pena en Zaragoza es el Hotel Goya, ubicado cerca de la Avenida de la Independencia, en pleno centro de la capital aragonesa.
Nada más entrar tienes la sensación de estar en un hotel venido a menos en el sentido de que ves por todos lados un lujo antiguo que sus gerentes no han sabido o no han querido remozar.
Nuestra habitación era grande. Hasta tenía como una especie de recibidor antes de pasar a la estancia donde estaba la cama de matrimonio.
Me llamó la atención lo lejos que estaban los enchufes. Tenías que dejar el móvil a cargar lejos de la mesilla de noche, lo cual me resultó poco cómodo.
También llamaba la atención la antigüedad de los sanitarios. Nuestra bañera parecía sacada de la serie Cuéntame como pasó y lo mismo puedo decir de la ducha.
Sus cuatro estrellas son muchas estrellas para este hotel venido a menos. Ni siquiera el trato amable y eficiente de su personal las explican y mucho menos que te cobre un extra considerable por el parking. Nosotros sólo dejamos nuestro coche un día en el parking; los otros dos días que estuvimos alojados en este hotel optamos por un parking público porque salía bastante más barato.
No quedamos a desayunar. En los alrededores había bares donde podías desayunar y comer a precios económicos. Incluso un día optamos por pasar con algo de bollería industrial que nos compramos en un supermercado que hay en la misma calle del hotel.