El que haya querido indagar en la literatura japonesa, que pienso que aún no es tan conocida, seguro que uno de los primeros escritores que leyó fue a este escritor Yukio Mishima. Un escritor conocido aparte de por sus novelas, Confesiones de una máscara, Nieve de primavera, El camino del samurai ... por su homosexualidad, su inconformismo y una muerte trágica derivada de un suicidio ritual: el harakiri.
"El marino que perdió la gracia del mar" es una de las novelas de yukio Mishima, que recomiendo para quien quiera tomar un primer contacto con el escritor o con la literatura japonesa,quizás porque es una novela no tan alejada de la narrativa occidental.
Esta novela escrita sobre los años sesenta,con un título muy poético y metáforico, que ya presagia una prosa igualmente poética pero además muy profunda, cuenta una historia que muy bien podría ser real. Una viuda joven Fusako,con un hijo de trece años, Noburu, que conoce a un marinero americano Ryuji y con el tiempo deciden casarse. La admiración que el adolescente Noburu le prodiga al marinero, se convertirá en desprecio cuando éste decide dejar el mar y convertirse en su padre.
Pero este desprecio, no sólo forma parte de Noburu, sino que sus compañeros, como él estudiantes con un alto cociente intelectual, arrastran cierto odio a todo tipo de convenciones del mundo adulto. Especialmente el líder de la pandilla, un muchacho conocido como Jefe, el cual justifica todo para llegar a ser libre,incluso el asesinato.
Son pocos los personajes que aparecen. Además de los cuatro citados, juegan un papel aunque secundario relevante, una amiga de Fusako, llamada Yorika y un socio de Fusako.
La verdad es que a pesar de ser una novela corta (no llega a las doscientas páginas) en ella caben muchos sentimientos y está presente el sexo,la violencia, la visión todavía bastante confusa de la niñez- adolescencia, la crítica a los convencionalismos, inconformismo... en realidad es un cuadro bastante pesimista y trágico de la existencia tal como acostumbra a pintar Yukio Mishima.
No obstante sin ser una lectura demasiado sencilla, es una obra que se disfruta aparte de por su interesante argumento, por cómo está escrita, una prosa que parece calculada, en la que cada frase es digna de estar en el lugar que está.
Por otra parte el ritmo no es ágil, tampoco lento pero sí pausado y engancha porque en este caso la pausa se saborea y la curiosidad de saber qué pasa, en que desembocará la vida de cada uno de los personajes, hace llegar con avidez hasta un sorprendente y atroz final.