Las cápsulas D-Stress te las venden como suplemento alimenticio para quitar el estrés de encima. A mí no me quitaron nada y eso que me tomaba las seis que te recomiendan como dosis máxima al día. Me tomaba dos con el desayuno, dos con la comida y dos con la cena.
Dejé de tomarlas porque me daban un sueño qurmiendo más que la bella durmiente. Encima empezaron a castigarme demasiado el estómago.
Tomarlas no es muy fácil. Tienes que beber mucho líquido. Empecé tomándolas con agua y acabé tomándolas con zumo de piña, que es mi zumo favorito.
Mi pareja también las tomó. A él le fueron mejor. Decía que lo tranquilizaban.
A mí más nerviosa no me ponían, pero de ahí a nada de nada.
No os recomiendo el D-Stress y mucho menos os recomiendo tomarlo sin consultarlo con un facultativo. Mi médico me echó una bronca cuando le conté que había estado tomando el D-Stress por mi cuenta. Decía que no era bueno.
Tampoco es malo. Te aporta un montón de vitaminas del grupo B. Te notas más fortalecida cuando estás tomando los comprimidos. Lo que yo no me notaba era más tranquila. Si estrés tenía a causa de mi ajetreo diario estrés me quedaba.
De precio no sale caro. La caja de 80 comprimidos me costó 17,90 euros. Pronto la acabé porque tomaba seis al día. Mi pareja tomó 1 diario y todavía tiene la caja con más de la mitad. Le quedan para otra vez que se encuentre nervioso.
Yo no pienso volver a tomar el D-Stress. No me quita el nerviosismo de encima y me da sueño.