Cuando vamos a Sevilla solemos pasarnos por Eslava, un bar con buenas tapas que está en la plaza de San Lorenzo.
No me extraña que esté siempre hasta los topes porque las tapas son deliciosas. Todas me gustan, hasta una de mejillones pese a que a mí los mejillones como que no me van mucho.
Un buena hora para dejarse caer por el Eslava es sobre la una o una y media. Es cuando todavía encuentras sitio, al menos en la barra. Pillar mesa ya es una lotería vayas a la hora que vayas.
Os podría recomendar muchas tapas de este local. Pero me quedo con las costillitas con miel y con el bizcocho de boletus. Ambos están deliciosos.
Del personal sólo puedo decir maravillas. Son muy amables. Siempre te recomiendan una tapa nueva que te gusta. Las últimas que me recomendaron vieiras a la plancha que estaban para chuparse los dedos. En el Eslava te gusta hasta lo que no comerías en tu casa. Mis niñas devoran literalmente un pastel de espinacas que es muy cremoso.
De precio está muy bien. La última vez que estuve con mi chico nos pusimos hasta las cejas de tapas por sólo 20 euros por cabeza. No me parece caro.
Este bar de tapas ha sufrido varias remodelaciones a lo largo de su historia y no siempre para mejor. Me gustaba más la decoración que tenía hace años que la que tiene ahora.
La única desventaja del Eslava es lo lleno que está. En hora punta puede resultar agobiante. Muy pocas veces he conseguido mesa.