El Bar Coruña está en la calle Raíña, a unos treinta metros de la Catedral de Santiago de Compostela. E fácil encontrarlo a poco que te pongas a callejear por la zona vieja de Santiago.
Lo que más me gusta de este bar es la cantidad de bocatas y raciones que tiene. Debe tener unos cien por lo menos. Siempre encuentras alguno de tu gusto.
La última vez que fuimos a Santiago no estaba abierto. No me acordé de que cierran los domingos. Abren de unes a sábado sólo en horario de comidas y cenas.
El Bar Coruña es pequeño. Tiene una capacidad para unas 30 personas sentadas. La barra es larga y en tonos marrones igual que las mesas. Todo es muy sencillo. Recuerda los bares de barrio de toda la vida. Los precios de tapas y raciones están en un panel detrás de la barra. Su decoración no me gusta mucho; más bien nada. Por ejemplo, la parte donde sólo hay mesas tiene la mitad de la pared en piedra descubierta y no pega mucho.
Nosotros siempre pedimos tortilla cuando vamos. La hacen deliciosa. Bien pasada, como a mí me gusta. Detesto las tortillas a las que les encuentras el huevo sin hacer. Lo que no me gustan en este Bar Coruña son las anillas de calamar. A mí me gustan doraditas, pero no con el aspecto quemado con que te las sirven. Encima están duras siempre. Ni siquiera exprimiéndole el limón se te hacen tragables.
En cuanto a precios, el Bar Coruña no es un bar caro. En una ocasión fuimos con unos amigos y nos hicieron un descuento. Todo un detalle por su parte.