Yo con la tónica tengo etapas como dice mi chico. Hay temporadas en la que la bebo a diario y hay otras temporadas en la que no la puedo ver delante.
Ahora estoy en una temporada de mucha tónica. Me gusta su sabor amargo, sabor a tónica que diría mi madre. La mejor tónica es sin duda la Schweppes, Tónica. Es la que tiene un sabor que me convence más que el de las tónicas de la competencia.
Es la que más me gusta para combinar con la ginebra. Vacío en el vaso un botellín de cristal de Schweppes, Tónica y le pongo un chorrito de ginebra. Me sale un gin-tonic delicioso. Así, sin más. Ni le pongo hielo ni limón. Sólo lo meto un poquito en la nevera para que enfríe a una temperatura inferior a la temperatura ambiente que estos días está de horno.
Es una pena que no vendan la Schweppes, Tónica en botellas familiares. Te gastas una pasta comprando tanta botellita. Pero vale la pena traerlas para casa del supermercado porque en los bares todavía te sale más cara esta tónica que apaga tan bien la sed.
Hay marcas de tónica más baratas. Aun así prefiero la Schweppes, Tónica, una tónica que en mi casa se acaba enseguida. Nos gusta a todos. No puedo decir lo mismo de los botellines y latas de las marcas de la competencia. Siempre quedan sobras.