El Marina Hotel es un hotel barato que está a unos cincuenta metros de la playa, pero que no compensa en absoluto. cuando llegamos no me esperaba un alojamiento tan cutre. La fachada, bien pintada de blanco y con unas ventanas con contras verdes, promete otra cosa.
Una vez dentro del hotel me cayó el alma a los pies. Aquello no era más que una pensión barata al lado del mar. Tuvimos que arrastrar las maletas escaleras arriba. Una vez en la habitación, casi me muero del asco. Era una habitación pequeña no muy limpia y el cuarto de baño era peor.
No sé si aquello se podía calificar de cuarto de baño. No parecía más que una armario amplio donde había un lavabo, una ducha minúscula y un váter. Le dije a mi marido que o nos íbamos de allí o yo me divorciaba de él para siempre jamás. Una cosa es ahorrar en unas vacaciones y otra cosa muy distinta es pasar dos o tres días de descanso como en el Tercer Mundo.
Marchamos sin dormir siquiera en una cama que era de todo menos de matrimonio. Le miré las sábanas y no me parecieron limpias. Olían a huésped anterior. Mi marido había encontrado unas hormigas en el cuarto de baño, en el lavabo. Yo me fui sin irlas a ver. Aquella habitación no era para mí.
No os recomiendo el Marina Hotel. Es un establecimiento hotelero más propio de personas sin recursos que de parejas que quieren pasar un fin de semana romántico en Cadaqués. Todavía tengo pesadillas al recordar aquella cama con un cabecero igualito al de los respaldos de los bancos de algún parque.