La comida india no me va mucho. Fue la conclusión a la que llegué tras ir al Restaurante Indian Aroma en Madrid, un restaurante pequeño, con una decoración mejorable y unos camareros lentos.
El restaurante tiene mesas de madera bien cubiertas con manteles hasta el suelo de color marrón y un sobremantel blanco. Las sillas son de madera, antiguas, aunque bastante cómodas. Las paredes del local están pinadas de color crema y tienen algún arco en la zona del techo. Es un restaurante que da sensación de restaurante barato, pero te sale nada bien de precio. Un menú corriente nos salió a 21 euros por cabeza. No quiero pensar lo que nos cobrarían si pidiéramos a la carta.
La comida debería mejorar su presentación. Hacen algún intento de presentar algún plato en plan bien, pero quedan en el intento. Encima te ponen como unas ollas encima de unos calentadores en la mesa que meten miedo. Yo pensé que iba a asistir a un incendio. Menos mal que habíamos ido sin niños. Aquello lo vuelca un crío y se prende el fuego en el mantel fijo.
Yo no supe lo que comía quitando un plato lleno de sopa si agua hasta arriba. Fue lo que más me gustó: los fideos. Pero para comer fideos cocidos no va una a un restaurante sea indio o sea español de toda la vida.
No os recomiendo ni os dejo de recomendar el Restaurante Indian Aroma, Madrid. A mi chico le gustó. Supongo que dijo que le gustaba este indio porque venía su hermana con nosotros y se puso hasta las cejas de aquellos fideos que nos sirvieron. A mi marido le encanta todo lo que le gusta a su hermana.
A mí lo que más me gustó fue el Mango Kulfi que nos pusieron de postre. Lo que menos el Chiken Tikka Massala y el entrante de Vegetable Samosa tampoco fue de mi agrado. También destacaría el pan con queso que nos sirvieron. Estaba muy bueno.