Béjar es una pequeña ciudad de la provincia de Salamanca que vale la pena visitar. Es una de las localidades por donde pasaba la Ruta de la Plata, entre Mérida y Astorga.
Nosotros dimos un paseo por su casco histórico, llevamos a las niñas al parque municipal, un parque con muchos árboles y fuentes. Cuando estuvimos nosotros iba a haber un concierto de un grupo local en el templete que tienen en una de las avenidas del parque.
No quise ir de iglesias. Mi marido quería entrar en la iglesia de San Juan Bautista porque es del siglo XIII y le apetecía soltarnos una clase de Historia del Arte. Me negué. Ya tuve bastante con oír maravillas en su boca de la arquitectura del convento de San Francisco, del mismo siglo que la citada iglesia, y que está en la proximidades de la misma.
Había otros edificios cuyas fachadas me gustaron más. Por ejemplo, la del teatro Cervantes o la del palacios Ducal y también la del mismo ayuntamiento de Béjar son muy bonitas.
Lo que más me gustaron de Béjar fueron sus parques y jardines. En el parque municipal de la Antigua nos lo pasamos pipa con las niñas. El estanque que tiene las fascinó. Fue allí donde nos hicimos casi todas las fotos: delante de la muralla medieval, al lado del estanque, fotos de la ciudad tomadas desde la muralla.
Os recomiendo visitar Béjar. Yo esperaba encontrar una ciudad llena de fábricas textiles, pero tiene más que fábricas. El casco histórico es interesante, los jardines preciosos, los edificios antiguos son muy bonitos. Béjar es una ciudad que recorres a pie sin cansarte.