Nos fue fácil encontrar el Axis Vermar Conference & Beach Hotel, Póvoa de Varzim entrando en Portugal desde Galicia porque está todo muy bien señalizado. Dejamos el coche en el parking que hay justo delante del hotel. Menos suerte tuvimos al día siguiente cuando salimos a dar una vuelta por los alrededores. El parking estaba hasta los topes y tuvimos que aparcar en otro que queda cerca.
Este hotel es cómodo. No tienes que estar esperando una eternidad por un ascensor. Hay cuatro y llegan de sobra. A nosotros nos dieron una habitación grande, con un pasillo que te llevaba al cuarto de baño, nada más entrar. El cuarto de baño le gustó mucho a mi marido porque la ducha tenía una especie de grifo a la altura del techo. Era original. A mí me encantó el secador de pelo que nos dejaron. Era un secador que me secaba la melena en cinco minutos.
En la habitación pudimos preparar té e infusiones gracias a la tetera que nos dejaron encima de una mesa. Resulta muy práctico poder hacerte tú misma el café sin necesidad de bajar a la cafetería del hotel para tomarlo.
El hotel no es lujoso. La habitación estaba decorada de manera tan sencilla como el resto del hotel. La mesilla, por ejemplo, se limitaba a una especie de mesita auxiliar de color blanco haciendo juego con el mismo color de la colcha de nuestra cama de matrimonio. Las paredes estaban forradas de madera.
Teníamos un buen televisor de plasma con un montón de cadenas internacionales. Mi marido compró alguna película porque a él nunca le llega lo que echan por la tele. Menos mal que el televisor funcionaba bien porque la conexión wi fi iba peor que una escopeta de feria. Vinieron a arreglarla, pero no conseguimos otra cosa que una conexión intermitente.
Otra desventaja fue tener suelos de moqueta en la habitación. La moqueta siempre me da sensación de suciedad por mucho que la limpien.
El desayuno fue un buffet que servían en el restaurante. Huevos cocidos, salchichas, bacon, embutidos, frutas, membrillo, queso y para beber unos zumos que sabían como si fueran naturales, pero yo creo que eran de cartón. También había café infusiones.
Os recomiendo este hotel por lo práctico que resulta. Por ejemplo, en el desayuno puedes hacerte tú misma las tostadas en una máquina. Yo las hice para mis hijas. Así sabes que desayunan lo más parecido a cuando estás en casa.
Nosotros pasamos mucho tiempo en la zona de las piscinas. Es una zona ajardinada perfecta para estar con los críos. Comíamos también en aquella zona, en la terraza que tenía el restaurante.