El Casio GA-100B-4AER es el reloj rojo de mi marido. Un reloj estridente que le costó 78 euros y por el que yo no hubiera pagado ni diez euros en los chinos. No me gusta nada.
El reloj es resistente. A mi marido le cayó varias veces en el suelo y no se le rompió ni se le estropeó nada. Una pena. Yo lo odio a más no poder. A mi marido, en cambio, le encanta.
No es nada bueno. Tiene unas pantallas micro digitales que se ven fatal y los botones parece que tienen vida propia. Pulsas uno y se te pulsa otro. Un desastre.
La manecilla que marca la hora es roja como el resto del reloj. También se ve fatal. Como no sea de día o haya luz no ves la hora.
La única ventaja que le encuentro es que es puntual. No atrasa ni un segundo. Por eso dice mi marido que lo prefiere a otros relojes caros que tiene.
No os lo recomiendo. Hay relojes para hombres mucho más bonitos y también más discretos. Un hombre con un reloj rojo en la mano da la nota. No me gusta ni para un chico adolescente.
Mi marido siempre tienen problemas para ponerlo en hora. Cuando hay que hacer un cambio de hora tiene que llevarlo a un relojero. Él no es capaz de ponerlo en la hora que quiere. Menos mal que el relojero no le cobra. De cobrarle, no hubiera compensando. Le valía la pena regalárselo a alguien. Esa es mi manera de quitarme de encima los relojes caros que no me gustan.