En el Olé Olé, Santander, se comen las mejores tapas de Santander. Es una pena que no mejoren algo el local. Los baños nunca están como debieran. Necesitan a gritos una reforma y también más limpieza.
Es fácil encontrar este restaurante. Es muy céntrico. Está en la calle Hernán Cortés, una calle que conocen todos los santanderinos y mucha gente de fuera. Está cerca de unos jardines que se llaman Jardines Pereda.
Las primera vez que fuimos me llamó mucho la atención el local. Parece un bar andaluz por su decoración muy flamenca. Mi marido decía que era propio de "Ocho apellidos vascos". No le faltaba razón. Te sientes como si estuvieras en Sevilla con tanto olé.
Siempre que fuimos comimos tapas en la barra. Las mesas estaban ocupadas y no me extraña porque pocas mesas tienen. Deberían ampliar el local. Las tapas que más me gustaron fueron las tostas con jamón y tomate, la de riquísimo lacón con patatas y la que menos la de ventresca con cebolla caramelizada y pimientos. A mí la cebolla no me va de ninguna manera.
Tampoco están mal sus ensaladas. Yo probé la mixta con lechuga, tomate, cebolla, atún y aceitunas, la césar, con lechuga, pollo, picatostes, queso y salsa césar. Esta última es mi favorita. También es la que le gusta a mi marido.
La última vez que estuvimos nos llevamos para el hotel unos bocadillos. Nos pusimos hasta las cejas con bocadillos de lomo, bacon con queso, rabas y jamón serrano. Hicimos una cena privada en la habitación del hotel mucho mejor que las cenas que sirven en algunos restaurantes caros de Santander.
Os recomiendo el Olé Olé, Santander, un restaurante con buenas tapas que suele estar hasta los topes. Tendrás suerte si encuentras mesa libre. Yo he ido varias veces. Tienen unos pinchos muy variados. El de setas a la plancha es el favorito de mi suegra. A mi marido le gusta mucho el de jamón serrano y foie.