Parador de Villafranca del Bierzo: un parador en un pazo gallego
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Cleo5
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Incidencias
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Acerca de:Parador de Villafranca del Bierzo [León]
Ventajas:dichas
Desventajas:dichas
El Parador de Villafranca del Bierzo está en la Avenida Calvo Sotelo, 28, de este bonito pueblo. Es un pazo gallego muy bien cuidado, aunque no es de los más bonitos que he visto. Yo le quitaría tanta parra que tiene fuera. No me gustan las parras.
Aún así, está muy bien. Los jardines exteriores son bastante bonitos y el jardín interior me recordó los jardines que suelen tener las casas típicas castellanas. Yo aproveché para leer sentada en un banco del jardín interior las lecturas que tenía pendientes. Era un sitio muy tranquilo.
Nuestra habitación era enorme. Teníamos dos camas de matrimonio pegadas. Eran cómodas, pero no me gustaron los cabeceros minúsculos y sencillos en madera color cereza a juego con el escritorio, donde había un gran televisor de plasma. Los suelos eran de tarima de madera. Se veía todo muy limpio, pero lo sillones que hacían una especie de salita dentro del cuarto me parecieron algo viejos. Mi chico decía que eran viejos para darle un toque de anticuario al interior del Parador. Tiene mucha imaginación.
Fuera había una piscina enorme. Mi marido fue a nadar. Yo preferí quedarme por los jardines. Me encanta pasear por los jardines, sobre todo cuando no están muy concurridos, como era el caso.
Quedamos a comer en el restaurante del parador. Nos sirvieron unas truchas con unto y pimientos que me sentaron como una piedra en el estómago. El unto es para echar al caldo, no al pescado. La empanada estaba muy buena y la ternera estofada al estilo del Bierzo mejor. Fue lo que pedimos de cena. Sólo estuvimos un día y una noche. Fue una parada en un viaje sin niños. Mis hijas se hubieran aburrido en un entorno con tan poca vidilla. El Parador de Villafranca del Bierzo sólo es recomendable para personas que busquen unas vacaciones tranquilas.
Aún así, está muy bien. Los jardines exteriores son bastante bonitos y el jardín interior me recordó los jardines que suelen tener las casas típicas castellanas. Yo aproveché para leer sentada en un banco del jardín interior las lecturas que tenía pendientes. Era un sitio muy tranquilo.
Nuestra habitación era enorme. Teníamos dos camas de matrimonio pegadas. Eran cómodas, pero no me gustaron los cabeceros minúsculos y sencillos en madera color cereza a juego con el escritorio, donde había un gran televisor de plasma. Los suelos eran de tarima de madera. Se veía todo muy limpio, pero lo sillones que hacían una especie de salita dentro del cuarto me parecieron algo viejos. Mi chico decía que eran viejos para darle un toque de anticuario al interior del Parador. Tiene mucha imaginación.
Fuera había una piscina enorme. Mi marido fue a nadar. Yo preferí quedarme por los jardines. Me encanta pasear por los jardines, sobre todo cuando no están muy concurridos, como era el caso.
Quedamos a comer en el restaurante del parador. Nos sirvieron unas truchas con unto y pimientos que me sentaron como una piedra en el estómago. El unto es para echar al caldo, no al pescado. La empanada estaba muy buena y la ternera estofada al estilo del Bierzo mejor. Fue lo que pedimos de cena. Sólo estuvimos un día y una noche. Fue una parada en un viaje sin niños. Mis hijas se hubieran aburrido en un entorno con tan poca vidilla. El Parador de Villafranca del Bierzo sólo es recomendable para personas que busquen unas vacaciones tranquilas.
Fecha:09:39:22 07/09/16
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Votos:no disponible.
Categorías:Viajes
Etiquetas:hoteles, alojamiento, paradores, Castilla, León
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