El Hotel Ananda, Nueva Delhi es lo que yo llamo un hotel aceptable en la India. No está a la altura de la mayoría de los hoteles españoles, pero está mucho mejor que la mayoría de los hoteles indios. Por lo menos, está mucho mejor insonorizado que otros hoteles de La India y mucho más limpio.
Tiene una decoración muy europea. Internacional, decía mi chico. Las habitaciones son amplias, igual que el resto de estancias comunes, y predominan en ellas los tonos claros, sobre todo el blanco.
Nuestra habitación era enorme. Tenía las paredes pintadas de blanco, un ventilador de techo no muy grande, una cama de matrimonio de verdad, un escritorio... Nos dejaron un televisor de plasma grande con canales internacionales. La conexión wi fi era gratuita.
Lo que no me gustó fueron los problemas de luz y agua. El agua se llenaba en no sé qué depósito. Aquello era un lío. La luz era un lío similar porque cuando se iba la luz general entraba en funcionamiento el generador de corriente del hotel. Esto pasa en muchos hoteles indios, pero una no está acostumbrada a estas historias del Tercer Mundo.
Mi marido comió la comida del hotel sin problemas. Yo puse mis reparos. Ni siquiera tras subir a la terraza para ver como cocinaban quedé muy convencida. Acabé comiendo sólo pan y bebiendo agua embotellada.
Lo que me llamó mucho la atención fueron las plantas de marihuana que cultivaban en la terraza. La India es todo un universo. Te quedas con la sensación de que allí todo está permitido.
Os recomiendo el Hotel Ananda, Nueva Delhi por su limpieza, superior a la de otros hoteles del país. La única desventaja importante que le encontré fueron los ruidos. Había obras por la zona y te despertaban casi de madrugada. La insonorización del Hotel Ananda, Nueva Delhi deja bastante que desear.