Uno de los paradores que más me gustan es el Parador de Cañadas del Teide que está en la isla de Tenerife. Es un lujo poder alojarse en el mismísimo Parque Nacional del Teide y tener unas vistas espectaculares del Pico del Teide que queda a unos tres kilómetros del parador.
Yo estuve en esta única edificación que hay dentro del Parque Nacional del Teide con mi chico y mis hijas. Nos dieron una habitación con una cama de matrimonio tan grande que cabíamos toda la familia en la misma cama. Fue una pena que el colchón fuera tan duro. Casi me acaba con la espalda.
En la habitación había un escritorio amplio, perfecto para que mi chico y servidora pudiéramos trabajar con los portátiles sin pelearnos por la falta de espacio. Nos dejaron un buen televisor de plasma. Los suelos de la habitación eran de tarima de madera. Todo estaba muy limpio y falta hacía que lo tuvieran limpio porque el parador admite mascotas, cosa que a mí no me gusta nada.
El cuarto de baño era muy masculino. Mi chico decía que eran tonterías mías, pero no, era masculino a más no poder. Tenía una bañera con mampara y ducha y una organización de sanitarios que me recordaba la de los aseos públicos.
Nos quedamos a comer en el restaurante del parador. Se come bien. Te ponen unas patatas arrugadas que te chupas los dedos. Mi hija mayor se puso hasta las cejas con el puchero canario y mi chico repitió el conejo al salmorejo que había cenado la noche anterior. Somos una familia a la que nos gusta comer en los restaurantes. Es lo más cómodo estés de viaje o no estés de viaje. ¿A quién le gusta cocinar cuando eres tú la que tienes que hacer la limpieza?...
Os recomiendo el Parador de Cañadas del Teide. Es un buen parador que sería mucho mejor si no admitiera perros. No creo que vuelva con las niñas. Mis hijas les tienen alergia a los canes.