No me gustó mucho la casa rural Sorginetxe Landetxea, Larraona. La encontré demasiado rústica para mi gusto. Mi marido quería pasar unos días en el campo navarro y eligió esta casa porque le habían hablado maravillas de ella. Sus amigos no estuvieron muy acertados en las descripciones. Esta casa rural deja mucho que desear en cuanto a comodidades.
Tampoco me gustaron los dueños. Vivían allí casi al lado y parecía que estaban siempre mirando para la dichosa casa. Mi marido decía que eran personas de las que piensan que todo el mundo es ladrón. Aunque lo fuéramos, allí no había nada que robar. Las camas eran una ruina. Parecían camas viejas de hospital. La ropa de la cama era viejísima. Pasamos de meternos en las camas. Yo había llevado unos edredones y nos tumbamos sobre las camas y nos tapamos con los edredones.
No os quiero hablar de las alfombras. A mí no me gustan, pero una cosa es que no me gusten las alfombras y otra cosa es que me dejen unas alfombras viejas y sucias. Las enrollé y las aparté de mi vista.
Los suelos eran de baldosa vieja. Intenté fregarlos, pero quedaban igual de sucios. Era como si tuvieran la porquería incrustada. Los techos de la casa eran de madera. Encima se veía mucha polilla.
No os recomiendo esta casa rural. Hay casas rurales mucho mejores por la zona. La única ventaja es su ubicación. Te queda cerca del País Vasco. pero es mejor una casa en un sitio más alejado de todo que tenga ciertas comodidades. Esta casa rural tiene radiadores, pero muchos de ellos no funcionan. Pasé más frío que en Siberia.
El jardín no era más que un patatal sin patatas. había una piscina que se veía bastante limpia. Debían tenerla limpia porque los dueños nadaban por allí. Yo sólo probé las hamacas que tenían al lado de la piscina. Eran de madera y viejas.