Oporto fue una pequeña decepción para mi. Siendo la segunda ciudad de Portugal, me esperaba otra cosa, algo mucho más animado. También puede que yo no estuviera en el lugar adecuado en el momento preciso y es que mi hotel estaba a las afueras, con lo que sólo estuvimos una noche en el centro, nuestras visitas eran sobre todo diurnas.
La noche que estuvimos en Oporto la pasamos visitando la zona de la Ribera del Duero, lo que se conoce como Cais Da Ribeira y nos encantó. Cambió totalmente mi visión de la ciudad. Es un lugar lleno de vida, súper animado y colorista donde se junta todo el mundo, sobre todo turistas, pero también encontramos a los portugueses que salen a tomar una cerveza después del trabajo.
En esta zona vais a encontrar una enorme oferta gastronómica. Hay para todos los gustos, desde fast food hasta restaurantes con carta muy elaborada en el que la estrella siempre es el pescado y marisco. Los precios están muy bien si los comparamos con los des España, aunque no es de los sitios más baratos que te puedes encontrar en Oporto. No hay que olvidar que es un lugar turístico y eso se paga, aunque la calidad lo merece.
Es una zona que también hay que visitar de día, aunque por el día parece totalmente diferente, con mucha menos gente pero lo que realmente la hace distinta es la falta de luces y colores que nos encontramos por la noche en los mercados callejeros que allí se asientan cuando cae el sol.
Por el día nos permite admirar el río, los puentes y los diferentes edificios que la componen. Por la noche todo eso se pierde entre la multitud, pero tiene mas encanto.