Siempre que vamos a Nueva York me pasó por Shackman, una tiendecita que vende juguetes en miniatura desde el lejano año 1898. Me gusta comprar algo distinto para regalar a familiares y amigos. También para mis hijas. Mis dos chiquillas son fans de las muñequitas que venden en Shackman.
Estos últimos años me he ido haciendo con una auténtica colección de muebles en miniatura del tamaño de un paquete de cigarrillos. Con algunos hice una casita de muñecas y otros los tengo apilados en cajas en el trastero. Hace unos meses un amigo de mi marido quiso comprarme la colección. No descarto venderla para ganar algo de dinerito. Otro motivo sería dejar de oír las quejas de mi marido por la falta de espacio que tenemos en el trastero. Él también colecciona cosas y el trastero no estira su espacio.
La tienda Shackman tiene un local más propio de sus inicios en 1898 que de hoy en día. Ahí está su encanto: en la decoración antigua y en un producto que no encuentras fácilmente. Es una pena que no se modernicen un poco y se animen a vender sus muebles diminutos y sus muñecos en miniatura pro Internet. Se forrarían. Muchas amigas me preguntan donde consigo las miniaturas que adornan parte de mi salón.
Os recomiendo pasaros por la tienda Shackman. Seguro que encuentras algún muñeco en miniatura lindo. Tienen un surtido muy amplio y no son nada caros. Yo he visto miniaturas parecidas en ferias de artesanía españolas mucho más caras. Comprar en Nueva York no sale nada caro.
La calidad de las miniaturas es muy buena. la mayoría están fabricadas en madera, sobre todo los pequeñísimos muebles. Los hay tan chiquitos que los puedes usar como adorno de un llavero. Mi hermana lleva los muñequitos de Shackman colgados en los bolsos para darles un toque distinto. Al ser tan pequeños no son infantiles.