Quitame los tacones y volveré a ser princesa es una novela ambientada en lo más pijo del Barrio de Salamanca y en las urbanizaciones de ricos de Madrid. Sólo por la ambientación vale la pena leerla. con esto no quiero decir que sea una buena novela porque no lo es. Se nota que la escritora está muy verde.
La protagonista de la novela es una chica que se ha independizado pronto. Ahora, cuando nos narra sus peripecias, ya tiene sus añitos y su vida se va complicando. Belén es una chica más en un Madrid lleno de chicas como ella. Aparentemente su vida no es muy distinta a la de los demás, aunque en su entorno destaca por razones que ella no entiende. Tiene a su madre, que la adora, a sus amigas, Cecilia, Marta y Alicia, las tres mejores que existen en el mundo y, por supuesto, a Diego, su amigo, su hermano, su todo, con quien comparte desde la Universidad los desayunos de los viernes. Diego es el hombre perfecto, el yerno que toda madre querría tener en las comidas familiares del sábado o del día en que coman en familia extensa.
Belén tendrá que elegir entre el hombre perfecto y la pasión. ¿Debe elegir al caballero? se pregunta nuestra protagonista. Las mujeres solemos elegir a los hombres que no debemos.
En esta novela hay tragedias familiares, hijos no queridos, hijos ocultos. Tiene mucho de drama rosa. Y como todas las novelas rosa te va enganchando esas tardes en que no tienes nada mejor para leer. El desenlace habla de oras vidas que pueden venir y nos hace penar en la segunda entrega que ya está escribiendo la autora. Esta tal Gracia Dávila debe ser una mujer con mucho enchufe en la editorial porque le publican todo lo que le sale de las manos. Una novela como la suya la escribiría cualquier nini con la asignatura de Literatura española suspensa.
Lo que más me llamó la atención fue la nota final que tiene la novela. Es una dedicatoria para los que siempre serán el culo de su libro. Un taco vende mucho. Pero no es la única salida de gusto. Hay gente muy mal hablada en la novela. Quítame los tacones y volveré a ser princesa es una novela muy real, que refleja la calle en un grupo de amigos de diversas procedencias y también compañeros de trabajo de distintas clases sociales en su origen.
No os la recomiendo. Hay novelas mejores. Pero si quieres apoyar a esta mujer que empieza a vivir de lo que escribe, puedes comprarla. Gracia Dávila te lo agradecerá.