Algunos fines de semana buscamos ciudades pequeñas y bonitas para nuestros momentos de descanso. Este verano descubrimos Zafra, una ciudad que combina su faceta de pequeña urbe industrial, de comercio y servicios, con su patrimonio histórico notable y el encanto especial de sus calles que recuerdan tiempos pasados en cada adoquín y sus gentes muy acogedoras con el visitante. Es una ciudad ideal para descansar y disfrutar de la gastronomía, si no tienes temor a la báscula. Yo no pude disfrutar mucho de los platos típicos de Zafra porque estaba a dieta. Me tocó sufrir mientras miraba como mi marido se ponía hasta las cejas con los manjares de la zona y mis hijas querían más y más postres. Les encantan los dulces. En Zafra encontramos pastelerías que tenían unos bollos recién hechos riquísimos y sin nada de aceite de palma. Nos quedamos dos días en Zafra, pese a que teníamos pensado hacer visitar casi toda la provincia. Zafra está situada en un punto estratégico que te permite visitar toda la provincia de Badajoz.
La parte de Zafra que más me gustó fue la más antigua. Me sentí como una marquesa paseando con mis niñas y con mi santo esposo por las calles estrechas que forman un curioso entramado delimitado por la muralla circular de origen árabe pero reconstruida en el siglo XV, que conserva las puertas del Cubo y de Jerez. Son unas calles por las que parece que no ha pasado el tiempo. Sólo te das cuenta de que estás en el siglo XXI porque la gente va vestida como tú.
Os recomiendo visitar esta ciudad. No debes perderte el Alcázar de los Duques de Feria, del siglo XV, actual Parador de Turismo de Zafra. fue donde nos alojamos nosotros. Te sientes como una duquesa de Feria de la Edad Media. Pero, si eres tan urbanita como yo, a los dos días te cansas y te vienen ganas de regresar a la vida urbana más dinámica, a las prisas, al tráfico de una gran ciudad y a tu entorno de siempre.
El Alcázar de los Duques de Feria es una fortaleza exterior que guarda un auténtico palacio en su interior con capillas de estilo gótico mudéjar, según nos contó mi marido con todo lujo de detalles. El patio interior está construido en mármol blanco igualito al de la encimera de la cocina de mi casa.