Estuve con mi suegra, mi marido y las niñas en los Apartamentos B&B Buenavista Lanzarote Country que no son más que una casa de campo de Lanzarote en mitad de una finca de viñedos lanzaroteños. Mi suegra no se encontró muy cómoda porque no le gustaba la cocina. Yo creo que se sentía extraña por la decoración de la casa, una decoración minimalista que conservaba muebles que estaban para el cubo de la basura. Lo mismo puedo decir de unas puertas verdes despintadas que teníamos en las habitaciones de nuestro pequeño apartamento. Una cosa es poner un mueble rústico bien conservado y otra cosa es poner un mueble viejo y unas puertas que bien pudieron haber pintado como Dios manda.
Las ventanas en algunas zonas son inexistentes. Como hace buen tiempo, parece que el arquitecto que hizo la remodelación de la casa pensó que a los huéspedes nos gusta vivir sin ventanas que nos den intimidad al cerrarlas.
Mi suegra no cocinó mucho pese a que en la casa había una cocina a disposición de los huéspedes. Mi suegra quería una cocina para ella sola y allí tenía que compartirla con otra señora que cocinaba mucho. Lo mejor era que cada mañana se servía un desayuno completo en la habitación, a base de productos de gastronomía de proximidad, como su propio yogur con leche de cabra ecológica que probé una vez y nunca más, mermeladas con fruta casera y huevos de las gallinas de los dueños de la casa.
No os recomiendo ni os dejo de recomendar estos Apartamentos B&B Buenavista Lanzarote Country. Mis hijas lo pasaron bien mirando las gallinas y algún bicho más de la granja y paseando por los alrededores. Había bastantes niños alojados porque la otra familia que estaba por allí tenía una familia numerosa de esas que no crees que existen. Me dijo la abuela que eran seis niños pequeños y dos más grandes, es decir, ocho hijos.