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Acerca de:Asador La Ochava [Valdilecha]
Ventajas:En la opinión
Desventajas:En la opinión
Es raro ir a Valdilecha y no comer en el Asador La Ochava. Producto, cocina y atención de calidad que se pueden pasar un poco de precio, pero que siempre merece la pena.
La última vez que hemos estado allí fue con motivo del cumpleaños de mi madre y la comida fue espectacular.
De primero, pedimos raciones varias para compartir. Las croquetas y las mollejas riquísimas. Los calamares, con una receta secreta de la casa (del año 1969), con un rebozado súper crujiente. Creo que son los más ricos que he probado. También nos encantaron los champiñones rellenos de gambas (con una espuma por encima de sabor crítico y gratinados).
De segundo, rabo de todo con su capote (de presentación muy original), cordero y cochinillo para los más carnívoros de la familia. Los asados muy bien hechos, con la piel crujiente, la carne se deshace en la boca y se sirven acompañados de unas patatas panaderas buenísimas.
También muy ricos los pescados: un rodaballo con alcaparras extraordinario y un rape exquisito.
El vino tinto de la casa, muy acertado: un vino de Madrid acorde con los platos que pedimos.
No dejéis de probar como postre el bizcocho relleno de chocolate o la leche frita... son simplemente espectaculares.
El servicio de los de toda la vida, profesional, rápido y atento. Nos encantó cómo el dueño, muy cercano, pasa por todas las mesas y saluda como si te conociese de toda la vida.
El local es relativamente amplio aunque algo ruidoso. La decoración como la de los asadores de toda la vida, con cientos de fotografías de famosos que han comido allí.
Un punto original: el Candy bar del que se puede disfrutar después de los cafés y los chupitos a los que nos invitaron.
Para rematar, muy buena idea la ludoteca para los niños (con castillo hinchable, PlayStations, juegos y un monitor al cargo completamente gratis) porque permite a los adultos disfrutar de la sobremesa, café y chupitos, tranquilamente.
La última vez que hemos estado allí fue con motivo del cumpleaños de mi madre y la comida fue espectacular.
De primero, pedimos raciones varias para compartir. Las croquetas y las mollejas riquísimas. Los calamares, con una receta secreta de la casa (del año 1969), con un rebozado súper crujiente. Creo que son los más ricos que he probado. También nos encantaron los champiñones rellenos de gambas (con una espuma por encima de sabor crítico y gratinados).
De segundo, rabo de todo con su capote (de presentación muy original), cordero y cochinillo para los más carnívoros de la familia. Los asados muy bien hechos, con la piel crujiente, la carne se deshace en la boca y se sirven acompañados de unas patatas panaderas buenísimas.
También muy ricos los pescados: un rodaballo con alcaparras extraordinario y un rape exquisito.
El vino tinto de la casa, muy acertado: un vino de Madrid acorde con los platos que pedimos.
No dejéis de probar como postre el bizcocho relleno de chocolate o la leche frita... son simplemente espectaculares.
El servicio de los de toda la vida, profesional, rápido y atento. Nos encantó cómo el dueño, muy cercano, pasa por todas las mesas y saluda como si te conociese de toda la vida.
El local es relativamente amplio aunque algo ruidoso. La decoración como la de los asadores de toda la vida, con cientos de fotografías de famosos que han comido allí.
Un punto original: el Candy bar del que se puede disfrutar después de los cafés y los chupitos a los que nos invitaron.
Para rematar, muy buena idea la ludoteca para los niños (con castillo hinchable, PlayStations, juegos y un monitor al cargo completamente gratis) porque permite a los adultos disfrutar de la sobremesa, café y chupitos, tranquilamente.
Fecha:19:15:46 15/10/17
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Votos:no disponible.
Categorías:Viajes
Etiquetas:Madrid, restaurantes, asadores, asados, Valdilecha
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