El Villa Magalean Hotel & Spa me pareció un hotel perfecto. Yo casi esperaba encontrar una casa rural con paredes de piedras peladas por todas partes cuando mi marido me dijo que había hecho una reserva en un hotel rural del País Vasco. Nada de eso. El edificio es antiguo, pero dentro está ideal. También fuera. Tienen la fachada bien pintada. En el Villa Magalean Hotel & Spa está todo impecable.
Las habitaciones no son enormes, pero no tienes la sensación de estar enclaustrada. La cama es grande, el colchón cómodo, almohadas tienes las suficientes, el cuarto de baño está limpísimo. Estaba tan limpio y tan ordenado que ni te importaba que la bañera no fuera apta para personas a las que no nos gustan las barreras arquitectónicas. Aún así eché en falta una ducha. Cuando quieres acabar pronto por la mañana no estás para bañeras y menos cuando tienes dos niñas pequeñas que le tienen más miedo al agua que al veneno. Yo acostumbro a las niñas a la ducha diaria. Mi pelea con las bañeras ya me las han ganado ellas con un no rotundo.
Os recomiendo este hotel. Está muy bien para pasar unas vacaciones familiares tranquilas. Nosotros nos alojamos porque íbamos a la boda de unos amigos en una iglesia cerca del hotel. Otro motivo para recomendarlo son los buenos caldos que tiene. La vinoteca está muy bien surtida. Tienen vinos de toda España.
Tampoco debes perderte su muy recomendable spa. Yo no iba por el spa, pero tan bien me hablaban de él los empleados que no pude resistirme a probar las aguas de manantiales en mi precioso cuerpo. Son estupendas. Mi marido también se apuntó al spa. A mi santo le gustan más las aguas medicinales que a servidora. Tiene razón: su madre goza de muy buena salud gracias a los balnearios que frecuenta durante todo el año.