Me lo pasé muy bien en el Amàre Marbella, un hotel que te queda perfecto para irte de tiendas por Marbella porque tienes todo muy a mano. Andando cinco minutos te pones en el centro histórico de esta bella ciudad andaluza de fama internacional. También puedes ir andando a la playa. A mi marido no le gustan las playas de Marbella, pero a mí me parecen perfectas. A una playa no le pido más que sol y sol hay mucho en Marbella.
Casi no salí del hotel para otra cosa que no fuera ir de tiendas y bajar a la playa. Quedamos a comer en el restaurante de playa del hotel. Se come bien. Te ponen tanto platos de cocina internacional como platos de la zona. Pero es caro. Es lo malo de este hotel: que está pensando para turismo con posibles. Nosotros nos hubiéramos quedado más días si no nos saliera tan caro.
La habitación era grande, con unas maravillosas vistas al mar y una terraza donde podías leer con toda la tranquilidad del mundo. La decoración de nuestra habitación era muy minimalista. Es un hotel lujoso, pero sin excesos innecesarios.
Los desayunos están muy bien. Tienen de todo. La bollería estaba fresca, los zumos eran naturales y la fruta sencillamente deliciosa me pareció.
Os recomiendo el Amàre Marbella. Es un hotel donde no se ven niños. No me extraña porque lo recomiendan para adultos. Yo hice la reserva pro medio de una agencia de viajes que hay en mi barrio y me comentó la chica que en este hotel no quieren críos. Por eso fuimos sin las niñas. Lo del hotel nos sirvió de excusa para dejarlas con mi suegra.
También os recomiendo su spa. Tienen una marca de cosmética española Germaine de Capuccini. Hacen milagros con las cremas y tratamientos que te ponen. A mí me dejaron con diez años menos. Volvería sólo pro el spa.