Pasé con mi chico unos días increíbles en la Casa Dos Platanos, sita en Sete Cidades, en la isla de San Miguel en Las Azores. Parece una casa de cuento de hadas con sus preciosos jardines y su olor a lejanía del mundanal ruido. Pudimos pasear por la zona boscosa que la rodea y llegamos andando hasta la Laguna Azul, un paraje que no debes perderte si vas a esta pequeña islita de Las Azores o si tienes la suerte de alojarte en esta casa rural.
Es una casa amplia, robusta, con paredes de piedra que conocieron tiempos pasados, bien restaurada. Tiene un dormitorio doble, un dormitorio individual y otro con 2 camas individuales tan cómodas como las camas de matrimonio. Llega para toda la familia de una persona que tiene una familia razonable, como es mi caso. Pero, como os dije, a nosotros nos sobró espacio porque fuimos solos. Queríamos pasar un fin de semana romántico lejos de los ruidos y problemas de la gran ciudad en que vivimos. El salón de este chalé rural tiene sofás, chimenea, TV y acceso a una zona de comedor que está tan limpia como el resto de la casa. Fue una de las cosas que más valoré: la limpieza a fondo. Yo siempre fui una maniática de la limpieza.
Os la recomiendo. La Casa dos Plátanos es perfecta para pasar unas vacaciones tranquilas con familia o en pareja. Mi chico quería hacer pan en el horno de leña, como lo hacían en la casa de sus abuelos en Galicia cuando él era niño. Su abuela fue una mujer muy dada al autoconsumo. No le dejé, por supuesto. El pan ya te lo traían horneado y bien rico que estaba. No hacía falta volver a siglos pasados. Yo creo que le había venido la gana de cocinar cuando le enseñé una lista con mi plan de comidas y cenas en los restaurantes de la zona. Es un tacaño. Los restaurantes también os los recomiendo. Son restaurantes donde hacen lo mejor de la gastronomía de las azores. Pero son un poco caros.