En Alargascencia encontré más de una modista para hacer arreglos en mi ropa de fondo de armario y darle una segunda vida a faldas y pantalones más a algún vestido que no pondría si no le viera un aire nuevo que sólo le pueden dar las expertas en el hilo y la aguja. También encontré gente que repara todo tipo de cacharros y te los deja nuevos.
Lo que no encontré fueron precios tirados. No compensa arreglar las cosas. Lo haces porque les tienes cariño. Pero, si lo piensas desde un punto de vista económico, tiras con todo. No hay nada mejor que lo nuevo. Es lo que dice y hace mi madre, una gran tiradora de cosas. Ella sola llena el contenedor de basura de su barrio.
Alargascencia está casi mejor para las personas que se apuntan para ofrecer un servicio que para sus potenciales clientes. a mí me ha venido bien su página web cuando estaba de viaje y necesitaba que alguien me subiera el bajo de un vestido y ese tipo de cosas que en tu ciudad tienes a gente para hacértelas y fuera no sabes a quién recurrir. La web es muy sencilla. Te sale un mapa con el número de establecimientos que te ofrecen alargar la vida de tus cosas.
Lo que no me gusta es que te pidan una donación. Dicen que es para mantener el directorio, pero da mala impresión. Pedir nunca queda bien. Tendrían que cobrar una cantidad en porcentaje a los profesionales que ofrecen sus servicios. Sería más serio.
Yo conocí a los de Alargascencia gracias a una amiga que está muy preocupada en ahorrar agua y ahorrar todo lo que se supone que perjudica al medio ambiente. Yo no creo que con tanto ahorro se arregle el futuro del planeta Tierra. Los arreglos de ropa no los hago para que se ahorre agua sino para darle una segunda vida a esas prendas que me han regalado los míos y que, en consecuencia, tienen un valor sentimental para mí.