En el Silken Ciudad de Vitoria nos dieron una habitación de no fumadores que era realmente de no fumadores. No se olía tabaco por ninguna parte. Últimamente siempre pido habitación de no fumadores porque me dijo el médico que lo mejor para mi respiración era tener el tabaco lo más lejos posible de mi vida. Mi marido se ríe mucho de esta obsesión mía. La misma obsesión tengo casi con los suelos de la habitación. Odio la moqueta. El Silken Ciudad de Vitoria tenía las habitaciones enmoquetadas como en los viejos tiempos. No es un hotel moderno por todo. Por ejemplo, en nuestra habitación la modernidad se reducía a una buena bañera en el cuarto de baño. Lo demás era bueno, pero del montón, quitando los suelos de moqueta.
Más modernas me parecieron las estancias comunes. El hotel tiene una entrada vistosa y unos salones chic. Las habitaciones están distribuidas alrededor de un vestíbulo impresionante y de un bonito jardín interior con zonas de estar para disfrutar tranquilamente de la lectura de un buen libro o de la prensa del día. Yo me iba al jardín a leer la prensa. Estaba en Vitoria por motivos de trabajo con mi marido. Menos mal que no llevamos las niñas porque la habitación no era muy amplia. Estábamos los dos bastantes justitos de espacio.
La ubicación de este hotel que os recomiendo es buena. El Silken Ciudad de Vitoria se encuentra a 10 kilómetros del aeropuerto de Foronda-Vitoria y a 300 metros de la estación de tren de Vitoria. Para hacer turismo también está bien. Puedes ir andando de tiendas o a ver algún monumento que vale la pena. Nosotros fuimos a un museo. Como el hotel está a 10 minutos a pie del Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo aprovechamos para ir a ver las pinturas modernas que no puedes comprar. Es lo bueno que tienen los museos: miras y no gastas porque no se vende nada de lo que está expuesto.