¡¡Muy buenas tardes a todos!!
Hoy quería hablaros de un museo que visitamos este año mi novia y yo por el mes de marzo y que es de gran importancia mundialmente hablando diría yo. Se trata del museo del Vaticano.
INFORMACIÓN
La ciudad del Vaticano, donde se encuentra el principal museo del Vaticano se encuentra situada en la zona oeste de la superficie urbana de Roma, a la derecha del río Tevere. Su extensión es de 0,44 kilómetros cuadrados y cuenta con aproximadamente 1000 habitantes. El perímetro del Estado del Vaticano se encuentra amurallado exceptuando la plaza de San Pedro, donde se celebra anualmente una misa celebrada por el papa, actualmente Benedicto XVI, que también es el jefe del Estado.
Económicamente hablando, los recursos del Estado de la Ciudad del Vaticano provienen de dos fuentes bastante distintas: una de ellas es debida a los ingresos que provienen de la venta de sellos y monedas, recuerdos, venta de publicaciones, entradas, etc que compran los millones y millones de turistas que se acercan por el Vaticano y la otra gran fuente de ingresos proviene de todas las comunidades religiosas que hay en todo el mundo.
En cuanto al arte, podemos decir que el Vaticano es una fuente inagotable de riqueza en cuanto al arte. Posee uno de los museos más importantes actualmente del mundo. Se divide en distintas colecciones independientes. Las más importantes son el Museo de Pío- Clementito con una colección de esculturas griegas y romanas; la galería de Chiaramonti con esculturas griegas y renacentistas; el Brachio Nuevo; el Museo Gregoriano, el Egipcio, el Etrusco y la Pinacoteca. Y por supuesto, el más importante de todo el museo, la famosa y espectacular Capilla Sixtina.
INFORMACIÓN SOBRE LA CAPILLA SIXTINA
La Capilla Sixtina como ya os he comentado antes, es una de las salas que ningún visitante se pierde al ver el Museo del Vaticano. Fue construida durante el reinado del papa Sixto IV, en el Vaticano, por el arquitecto Giovannino de Dolci. Fue decorada por Botticelli, Cosimo Roselli, Domenico, Perusino, Pinturicchio, y Signorelli. Posteriormente, Miguel Ángel fue el que decoró el techo de la Capilla Sixtina con temas simbólicos e históricos y más tarde pintó el muro del fondo, con la imagen del "Juicio Final".
Entre las pinturas más famosas que pintó Miguel Ángel en el techo está sin duda la "Creación de Adán" que es la más conocida. Para los más despistados os diré que se trata de la pintura en la que Dios está dando la vida a Adán mediante la unión de los dedos índices de cada uno.
HORARIOS
El museo del Vaticano cuenta con el siguiente horario. Todos los domingos de cada mes está cerrado excepto si no coinciden con la Pascua, con el día de San Pedro o de San Pablo.
Los días de festividad como son el 1 y el 6 de enero, el 11 de febrero, el 19 de marzo, el 23 y 24 de marzo, el 1 de mayo, el 22 de mayo, el 14 y 15 de agosto, el 1 de noviembre, el 8, 25 y 26 de diciembre también está cerrado.
La entrada son 14 euros, 8 euros siendo reducido y el único día del año que la entrada es gratuita es el 27 de septiembre. Os estoy hablando de este año.
Abren a partir de las 8:30 de la mañana y cierran a las 18:00 horas.
EXPERIENCIA PERSONAL
Pues bien, una vez hablado de la historia del Vaticano, de su localización y de lo más importante que podéis ver en el, os voy a comentar mi experiencia personal sobre mi visita al museo del Vaticano.
Como ya os he dicho antes, este viaje a Roma lo realice junto con la compañía de mi novia. Nosotros siempre habíamos querido ir a Italia, pero debido a las tareas diarias y el trabajo pues no pudimos visitar el país hasta la Semana Santa de este año, en marzo.
He de deciros, que si queréis visitar Roma, lo hagáis en temporadas fuera del ámbito de la Semana Santa porque como muchos vosotros sabréis, la Ciudad del Vaticano es la sede donde habita el actual Papa, podíamos decir, el jefe de todo lo relacionado con la religión, y la Semana Santa es una fecha en la que muchos fieles visitan la ciudad de Roma para estar presentes en la misa que todos los años realiza el Papa en directo en la plaza de San Pedro.
Además el tiempo atmosférico en Roma en el mes de marzo, no es que acompañe demasiado. No se si es que nosotros nos tragamos todas las borrascas del mundo, pero nos llovió todos los días que estuvimos allí, y no es que lloviera, es que diluviaba. De todas formas, la guía que tuvimos en el autobús que nos llevaba desde el aeropuerto a nuestros respectivos hoteles nos dijo que hay un dicho en Italia que dice más o menos así: Si ves que sale un día el sol en el mes de marzo, lleva siempre el paraguas. Bueno, seguro que no era así exactamente porque era un refrán en italiano y ya no me acuerdo, pero viene a decir que aunque veáis el sol en el cielo, no os fiéis porque fijo que llueve. Y ahí tengo que decir, que el refrán tiene toda la razón del mundo.
Había días por la mañana que el cielo estaba completamente despejado y el sol lucía maravillosamente ahí arriba, salías del hotel, andabas cuatro pasos contados y el cielo se convertía en gris casi negro con su respectiva lluvia. La verdad que era sorprendente.
Bueno, dejando al lado este consejo atmosférico. Me voy a guiar en nuestra visita al museo del Vaticano. Nosotros cogimos el viaje a Italia desde una agencia de viajes desde aquí, desde Vitoria. Nos aconsejaron que cogiéramos desde el hotel, con días de antelación la visita guiada al museo del Vaticano, ya que es una de las más importantes de Roma y la que todo el mundo hace. Nos dijeron que si la cogíamos previamente con nuestra agencia de viajes, nos ahorrábamos el tener que esperar una enorme cola para entrar al museo, además de tener al guía explicándonos paso a paso cada cosa que viéramos y el autobús gratuito que nos llevaba desde cada uno de nuestros hoteles a la entrada del Vaticano.
Nosotros, nada más aterrizar en el aeropuerto de Roma, nos recogió el respectivo autobús y ya nos fueron comentando y vendiendo todas las excursiones y cosas que se podían ver en Roma. Claro, nosotros ya avisados por la agencia de viajes cogimos ya la de la visita al museo del Vaticano, nada más y nada menos que 50 eurazos, pero bueno, era una cosa que había que ver en Roma.
Pues bien, llegó nuestro maravilloso día de visitar el museo del Vaticano. Recuerdo que nuestro autobús pasaba a recogernos a las 7 de la mañana por lo que no nos dio tiempo a desayunar, ya que el horario del desayuno justo comenzaba a las 7. Recuerdo que el autobús llegó ya 15 minutos tarde a nuestro hotel. Nos recogió, y comenzamos a dar vueltas y más vueltas por todo Roma recogiendo a toda la gente de los distintos y miles de hoteles que hay por esta ciudad. La verdad que fue un aburrimiento, ya que hay que tener en cuenta que fuimos los primeros en montarnos, y el autobús se tiró nada más y nada menos que dos horas, ¡¡pero 2 horas de reloj!!, recogiendo a toda la gente que cogimos esa excursión para ese día.
Claro está, que como el autobús ya llegó tarde a nuestro hotel pues con la gran circulación de coches que hay por Roma, fue llegando
progresivamente más y más tarde al resto de los hoteles.
Cuando ya nos estábamos acercando a la ciudad del Vaticano, el autobús pasó por delante de la entrada, pero en vez de parar seguimos unos cuantos metros para adelante dejándonos más lejos aún. A todos los del autobús nos extrañó, pero no le dimos mayor importancia. Total que fuimos andando hasta la entrada y en vez de dirigirnos a la puerta, empezamos a andar y a andar siguiendo la enorme y larga línea que formaba toda la gente que estaba esperando para entrar pero en dirección contraria, como si fuéramos a colocarnos en el final de la cola. Yo pensaba que nos iban a meter por otra entrada, especial para las personas que habíamos pagado un guía y que esa cola era la de la gente que no había pagado nada aún, cuando para sorpresa de todos, llegamos al final de la cola, después de andar, sin exageraros 20 minutos a ritmo ágil, y nos colocan ahí detrás a esperar. ¡¡Os podéis imaginar la que se preparó! Todos, absolutamente todos los españoles quejándonos de que nos habían engañado, que si era una estafa, que si habíamos pagado 50 € para entrar directamente y sin esperar cola… Todo el mundo bastante enfadado y nosotros por supuesto que también. Claro todos nos desahogábamos con la guía, la que nos iba a explicar el museo, pero la de la agencia de viajes ya había "echado patas" con nuestro dinero. Obligamos a la guía a que llamara a la de la agencia de viajes pero mientras íbamos pasito a pasito avanzando en la cola, mientras nos fueron dando los auriculares y folletos, yo creo que para entretenernos y mantenernos aún más atados.
Después de media hora o más apareció la de la agencia de viajes, todo el mundo se le echó encima, incluidos nosotros, obligándole a devolvernos el dinero que le habíamos pagado. Ella se escudó, en que no podía devolvernos el dinero, que el motivo de que no tuviéramos entrada libre era porque el autobús había llegado más tarde de las horas que tienen establecidas para entrar visitas guiadas y que por eso teníamos que esperar la cola. Ahí aún el cabreo fue a más, pero al final nos devolvieron el dinero, a lo que los pedimos claro, porque hubo gente que siguió en la visita guiada aun teniendo que aguantar la cola.
Si vais a visitarlo os recomiendo paciencia, la cola es enorme, mínimo vais a estar dos horas en la cola avanzando muy lentamente. Durante esa cola os vais a encontrar a todo tipo de gente con malformaciones en el cuerpo pidiendo limosna, hay miles. La cola se hace alrededor de la muralla que rodea el Vaticano. Una vez que llegas a la entrada, te miran como en los aeropuertos a ver si tienes algún arma o algo sospechoso y ya accedes dentro. Como nosotros no teníamos entrada la compramos allí, y ¿sabes cuál fue nuestra sorpresa? Pues que entramos por 7 € cada uno, íbamos a pagar los 14 € que marca la entrada cuando el de la ventanilla nos pregunta que si somos estudiantes y nos guiña el ojo, nosotros flipando.
Claro, enseguida entendimos que nos quería dejar pasar como si fuéramos estudiantes y vamos, que nos hizo un favor. De pagar 50 € para la excursión, a pagar 7 €.
Una vez ya dentro había miles de sitios y de salas que ver. Una habitación donde comprar sellos, recuerdos del papa y esas cosas. Un patio exterior detrás de la cúpula del Vaticano que no tenía gran cosa. Y ya el recorrido rumbo a la Capilla Sixtina. Por todos los lados vais a ver carteles que anuncian para donde se encuentra la Capilla Sixtina pero tomároslo con mucha tranquilidad porque el museo es enorme, y la Capilla Sixtina se encuentra al final del recorrido.
Durante el recorrido vais a ver arte por todos los lados, de todos los tamaños y de todos los tipos. Cuadros, esculturas en mármol, pintura en el techo, bóvedas, lonas enormes pintadas, es que hay de todo.
Lo que más me llamó la atención fue una pintura que había en el techo durante el trayecto de un pasillo largo, parecía como si del techo sobresalieran las figuras que estaban pintadas, pero no, era pintura, pero el artista lo había pintado de tal manera que el ángel que había en el techo era una escultura al ojo humano, pero en realidad estaba pintada y daba relieve. Eso fue sorprendente.
Bueno, como ya os he dicho el recorrido es enorme. Largos pasillos, escaleras para arriba y para abajo. Miles de puertas y por fin llegamos a la famosa entrada de la Capilla Sixtina donde te anuncia que no se puede sacar fotos, ni grabarlo en video ni nada. Entras dentro y ves pinturas y cuadros por todos los lados, además de mucha gente y mucha seguridad los cuales se pasan todo el rato mandando callar a la gente y vigilando las cámaras.
Pronto vi el famoso cuadro pintado por Miguel Ángel en el techo, me sorprendió muchísimo y como no tenía que hacerle foto para dar constancia que yo había estado allí. Así que puse mi cámara digital sin flash, y escondida entre toda la gente que había y mirando para arriba lancé la primera foto, una detrás de otra pero todas salían borrosas. Así que al final opte por colocar mi cámara con un trípode en una columna que había y por fin la foto salió bien. Iujuuu.
Una vez vista la Capilla Sixtina ya poco queda por ver. Lo último y sorprendente del museo son las escaleras por donde abandonas el museo. Vistas desde arriba forman el dibujo de una cáscara de caracol perfectamente hecha.
Y ya una vez afuera, nos fuimos a ver la plaza de San Pedro, que es enorme. Miles de columnas y figuras de piedra rodean a la plaza con suelo de adoquines. Allí pudimos observar la ventana por donde se asomaba Juan Pablo II y donde hacen la misa de todos los domingos de Semana Santa. A mi la verdad que me sorprendió.
MI OPINIÓN
La verdad que el museo del Vaticano, no me resultó tan espectacular como yo me lo esperaba. También he de decir que yo de arte no es que entienda mucho y por lo tanto quizás no pueda apreciar tanto las obras que hay dentro del museo. La Capilla Sixtina se escucha tanto, que yo me esperaba que fuera espectacular y para mi fue una sala más, eso sí, un poco más importante que las demás por lo famosa e importante que es, pero poco más.
Es un largo recorrido, que a veces es incluso hasta aburrido, así que en parte me alegro por haber pagado solo 7 euros para entrar en vez de 50. Para mi lo más bonito es sin duda estar y ver los alrededores de la plaza de San Pedro, las escaleras que dan lugar al abandono del museo y ver con tus propios ojos ahí en el techo la pintura increíble de Miguel Ángel. Aun con todo lo vivido y sufrido en esta visita al museo del Vaticano, os lo recomiendo, porque es una cosa que solo la vais a ver una vez en la vida y que no os lo podéis perder.
Un saludo a todos.