Acabé en el Hotel F1 Bayona en un viaje de negocios. Buscaba un alojamiento sencillo y en las afueras de Baiona, pero no muy alejado de esta ciudad gallega. Está en un polígono industrial. Es un hotel tranquilo, nada lujoso. Menos que lujoso diría yo.
Mi marido no quedó muy contento cuando le dije que había cogido una habitación en un hotel de un polígono industrial. Dice que este tipo de hoteles son hoteles de obreros. Yo estuve muy agustito. Tenía una habitación grande con múltiples camas para mí sola. Una noche dormí en una cama y otra noche en otra. Me quedaron las literas sin probar. Las literas no son un tipo de cama que me entusiasme. Tampoco me entusiasmaron mucho las otras dos camas. Tenían colchones baratos. Era como dormir sobre una colchoneta de gimnasio de colegio.
Otra desventaja fue no encontrar sitio para mi coche en el parking del hotel. Estaba sobrepasado. Un empleado prometió avisarme cuando hubiera un hueco. Le dije que se olvidara. El hueco se lo iba a buscar yo al coche en la calle.
La conexión a Internet era gratuita. Una ventaja. Otra ventaja era que iba como una moto. Falta me hacía. Tenía mucho trabajo de ordenador pendiente. Aproveché para adelantar trabajo. No salí nada por Baiona. Me limité a ir a las reuniones de empresarias por las que estaba pasando unos días en esta bonita localidad gallega.
Os recomiendo este hotel. El Hotel F1 Bayona está bien para alojarte cuando estás por motivos de trabajo por la zona. No lo elegiría para unas vacaciones familiares. Este hotel está pensado para gente trabajadora. Los huéspedes eran casi todos hombres, obreros de las fábricas y almacenes del polígono.
Sólo me quedé a desayunar un día. El segundo día fui a una cafetería. Para comer bollería industrial, beber café que no sabía a café rico y zumos de cartón no hacía falta pasar por el buffet.