Nos alojamos en el Hotel L'Odissea de L'Empordá en Orriols, Girona, cuando se casó una prima mía en una iglesia próxima. Este pequeño hotel rural está en la Carrer del Castell y esperamos volver porque nos pareció un alojamiento ideal para unas vacaciones familiares en el Ampurdán. Se ubica en el Castell Palau d'Orriols, construido entre los siglos XVII y XVIII, aunque su arquitectura parezca totalmente medieval. Debe ser porque aprovecharon en su construcción una torre de defensa del siglo XII y decidieron darle un estilo más austero que la arquitectura recargada que se llevaba en el siglo XVII.
Mi marido decía que se sentía como en una fortaleza. Miraba por la ventana y era como estar esperando las tropas enemigas. Yo me sentí más en una residencia señorial que en una fortaleza. Pero fortaleza sí parecía, sobre todo si bajabas a su patio de armas. Yo leí mucho en el patio de armas. Llevaba algún libro a medio leer y aproveché la tranquilidad de la estancia para ir avanzando en las lecturas pendientes.
Las paredes interiores de L'Odissea de L'Empordá en Orriols, Girona, son de piedra vista, pero las telas alegran tanta sobriedad. Me gustaron mucho las cortinas de vivos colores de las habitaciones. Unos familiares nuestros también se alojaban en este hotel rústico y tenían una habitación muy parecida a la nuestra. En todas las habitaciones había jarrones con flores silvestres. Yo les pedí que retiraran las de nuestra habitación porque no me gustan nada ni las flores ni las plantas en las habitaciones de dormir. Lo que no les hice quitar fueron los cuadros. Las pinturas modernas enmarcadas me parecía que le daban un toque muy chic a la decoración. Las tenían tanto en las paredes de las habitaciones como en los pasillos y en estancias comunes. Por ejemplo, en el salón, los cuadros te hacían mirar sus dibujos que recordaban los dibujos de Picasso alegrados por vivos colores. Son pinturas de artistas modernos.
Os recomiendo el L'Odissea de L'Empordá en Orriols, Girona. Nosotros cogimos la suite más pequeña. Tiene cinco suites. Era una suite de 77 metros cuadrados. Falta nos hizo porque llevábamos a las dos niñas. A mis hijas les gustaron mucho los muebles de diseño. Decía la mayor que estábamos mejor que en casa. Yo no diría tanto. Aquella iluminación tenue acabó dándome un poco de dolor de cabeza. Lo que sí me gustó fue que los suelos fueran de tarima de madera nueva. Se veían muy limpios.