Tengo los pies hechos polvo después de andar hace unos días los 16 kilómetros que tiene la Ruta do Cañón de Río Mao PR-G177 Cañón del Sil, una de las rutas de senderismo más espectaculares de Galicia. El Cañón del río Mao es un rincón libre del turismo masivo. Nosotros fuimos hasta el pueblo de Forcas, en el concello de Parada de Sil y tomamos un sendero que desciende por la montaña.
Pensé que me iba a matar por aquella cuesta hacía abajo. Agarrada al brazo de mi chico conseguí llegar al puente medieval de Candeliñas. Me hubiera quedado allí mismo. Mis pies se resistían a caminar. Menos mal que pude descansar mientras mi marido y sus amigos entraban a ver las cuevas. Recorrieron toda la necrópolis rupestre de San Vítor con sus tumbas escavadas en las rocas. No le tienen miedo a los muertos. En las tumbas no había cadáveres, por supuesto, pero los hubo en la prehistoria. Por eso no me hacían ninguna gracia.
Seguimos nuestra caminata. Quinientos metros más allá de la necrópolis aoareció la aldea de San Lourenzo, una aldea que está a 600 metros de altitud. No había acabado la ruta. Nos quedaban por ver las Fábricas de la Luz y las pasarelas.
Os recomiendo esta ruta. Prepararos para andar por la Galicia más profunda y verdosa. La ruta va por el cañón del Mao antiguo, el que está vacío y sirve de sendero. Llevad calzado adecuado. Hace falta si no quieres tener el dolor de pies que tengo yo en este momento.
Lo mejor de esta ruta para mi chico fue la necrópolis. Para mí fue lo peor. Lo mismo decía una amiga a la que le horrorizan los cementerios. A mí me dan mucho respeto esas cosas de difuntos. Las tumbas escavadas en la roca tenían su gracia. Me parecieron muy respetuosas con la naturaleza. Es una manera barata de hacer una sepultura sin necesidad de gastar en material de construcción. Nuestros antepasados fueron bastante apañados.