Me dio mal rollito el Castillo de los Condestables en Pedraza, un castillo con mucho pasado glorioso y menos glorioso. Cuando mi chico me contó que en aquellas paredes de piedra estuvieron encarcelados los hijos del rey Francisco I de Francia porque así lo acordaron su padre y el rey Carlos I de España casi me muero del horror. ¡Estaba en una cárcel! Mis hijas lo recorrían preguntando por toda su arquitectura a su padre. Les encanta a los tres el arte, sobre todo el arte medieval. Los castillos los vuelven locos. Yo apenas podía seguirlos.
El castillo impresiona. Lo ves y te imaginas todas las guerras del mundo mundial. Te viene a la cabeza Juego de tronos. Si me hubieran salido los dragones de la Reina Loca del foso no me hubiera extrañado. El castillo está rodeado por un foso excavado en la propia roca. Los hijos de Francisco I de Francia estaban a buen recaudo. De allí no escapaban. De hecho no lo hicieron, hasta que no los liberaron no salieron. Pero seguro que los trataban bien. No creo que pasaran hambre y frío. Les darían bien de comer y los calentarían con algún brasero.
Os recomiendo visitar el castillo. En este castillo está el Museo Ignacio Zuloaga, en él pueden contemplarse obras del famoso pintor que compró el inmueble en el año 1926, bodegones flamencos del siglo XVII, un Cristo de El Greco e incluso un cuadro de Goya en el que retrata a la condesa de Baena. El cuadro es precioso. Goya pintaba mejor que Zuloaga.
La desventaja de este castillo es el precio que cobran. Sólo por visitar la torre donde estuvo el estudio de Zuloaga nos clavaron 12 euros a cada uno. Yo no quería entrar, pero mi chico estaba generoso y abrió la cartera. No quería perderse tanto arte. Estuvimos dentro un buen rato porque había que aprovechar el dinero. Yo me hubiera quedado allí a pasar la noche entre cuadros de la familia Zuloaga, los dueños del castillo. Los hijos del pintor le sacan una buena rentabilidad al recinto. Con el cuento de las visitas guiadas se están forrando.