No hace falta hacer el café en casa si no quieres. No estoy hablando de ir a tomarlo al bar sino de comprar el Café con Leche de Puleva. Lo venden en botellas de plástico de 1 litro. Yo lo compro a veces. Te aseguro que sale muy bueno. Cuando lo sirvo en casa, nadie dice que no acaba de salir de una cafetera.
La botella es anchita, cierra con un tapón de color negro y tiene la imagen de una taza de café con leche humeante. Cuesta 1,29 euros. Puleva nos pone la vida fácil. Alguna amiga mía que vive sola compra este café para salir del paso. Lo calientas en el microondas y lo tienes listo para tomar calentito. Nadie diría que no lo has hecho tú en una cafetera.
El Café con Leche de Puleva lo puedes tomar fío o caliente. Me gusta más caliente. Lo viertes en una taza y la metes en el microondas un par de minutos. Sale el café calentito y riquísimo. Huele toda la casa a café.
Por eso os lo recomiendo: por la comodidad que nos brinda a las amas y amos de casa en apuros. También es una opción interesante para llevar en el coche cuando viajas. A mi marido le gusta frío. Tenemos parado en algún supermercado para comprarlo cuando vamos de viaje. Siempre nos ha salido bien. En todo caso, a mí no me gusta abusar de su consumo. Lo noto un poquito dulzón.
Es fácil de encontrar en el lineal de lácteos de los supermercados y grandes superficies. Enseguida reparas en la marca Puleva escrita con grandes letras blancas en la parte superior de la botella.
Mi hermana lo mezcla con agua. Es muy apañada. Pero no es lo mismo. Como está rico es poniéndole unos cubitos de hielo. Es así como lo tomo yo en verano. Me pongo el café en un vaso grande y le añado dos o tres cubitos de hielo.