Ligeresa es una marca que me gusta. Empecé comprando la margarina Ligeresa y ahora también estoy comprando las Mermeladas Ligeresa. Están que te chupas los dedos.
Las compraría más si las vendieran sin azúcar. De momento, no han pensado en ofrecernos a sus clientes unas mermeladas saludables. Nos ofrecen las mermeladas de toda la vida con un sabor Ligeresa que enamora.
Probé la de fresa, la de ciruela y la de melocotón. Me quedo con esta última. Tiene un toque a melocotón de frutería en su punto de maduración que invita a ser generosa con la cantidad que te pones en el pan. Eres menos generosa cuando lees en la etiqueta la cantidad de azúcares.
La textura de la mermelada es cremosita. Unta bien el pan. El frasco de cristal la conserva en óptimas condiciones. No es necesario guardarlo en la nevera. Yo, por lo menos, no lo hago. Estas mermeladas las guardo en una fresquera que me he agenciado. Dice mi madre que hay productos que no se deben guardar en frío. Les llega con el fresco de la temperatura ambiente.
Os recomiendo la Mermelada Ligeresa. El frasco de cristal tiene una leve curvatura que facilita su sujeción. Lo puedes reciclar para otros usos. Son frascos de cristal que cierran con una tapa metálica. La tapa debe hacer clic cuando abres el frasco. Si te cuesta abrir el frasco, pinzas un poco con un cuchillo la tapa para que suelte el aire, y lo abres con facilidad.
Esta mermelada cuesta 1,37 euros la unidad. Es decir, el frasco de 330 gramos. El kilo de Mermelada Ligeresa sale a 4,15 euros. Yo aproveché esta semana una oferta de descuento en la segunda unidad. Me costó el segundo frasco sólo 41 céntimos. No compré más que dos frascos. No hay que derrochar. Mejor está el dinerito en el bolsillo. A mí no me gusta hacer un almacén de comida en casa.